“¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo
pecado es cubierto! ¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa
de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño!
Una de las mejores sensaciones
que se pueden sentir en la vida es la de sentiré que te han perdonado, esto es
realmente placentero y ofrece descanso al alma ofensora. Porque siendo sinceros
sentir que hemos ofendido y herido a cualquier persona nos carga de
culpabilidad, mucho mayor es esto cuando a quien ofendemos es alguien a quien
amamos. La carga que podemos llegar a sentir se hace tan pesada que prácticamente
vivir se convierte en una misión casi imposible. ¡Qué duro es cargar con el
peso de la culpabilidad!
El rey David sabía lo que era
cargar con este gran peso y escribe “¡Cuán
bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto!
¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad, y en
cuyo espíritu no hay engaño!” Estas palabras son de un hombre que había
sido perdonado, no solo por otra persona sino por Dios mismo, y este perdón le
había cambiado por completo, le había devuelto la felicidad que la culpa le
había quitado.
¿Eres feliz en cuanto a tu
relación con los demás? ¿Estás dolido por algo que te hicieron y no consigues
perdonar? ¿No eres capaz de soportar la carga del daño que hiciste a aquella
persona que querías? ¿Te importa ofender a Dios? ¿Cómo te sientes cuando pecas?
¿Desearías no haberlo hecho o por el contrario hay indiferencia en ti? Todas
estas preguntas tienen sentido para David, pero ¿lo tienen para ti? La carga
del pecado es el dolor por ofender a Dios. Si sentimos una carga inmensamente
pesada cuando ofendemos a alguien, ¡Cuánto más debiera ser así cuando ofendemos
a Dios!
Pero hay buenas noticias, si
recibir el perdón de una persona nos hace sentir aliviados, sentir que hemos sido
perdonados por Dios produce una alegría extrema que ninguna palabra puede
describir, porque nada que venga de un hombre podrá ser comparable a lo que
Dios ofrece y produce. ¡Qué felices somos cuando Dios nos perdona! Estas
cargado con culpa, pídele perdón a Dios y recibirás una alegría que no serás
capaz de explicar.
AP
Es una gran verdad ami me pasó asta q reconosi mi error y me siento libre gracia mi Dios
ResponderEliminarEs cierto, a lo largo de nuestra vida personas que amamos pueden lastimarnos por eso es importante guardar nuestro corazón y entregar en manos de Dios toda ofensa recibida y el se hará cargo de sanar
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