"Así pues, ya no sois
extraños ni extranjeros, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la
familia de Dios"
Cuando una persona
extranjera llega a un nuevo país para vivir en él, llega sin los derechos que
las propias personas del país y con menos beneficios que los propios del mismo
país. Pero pasado unos años se abre una importante puerta de derechos, la opción
de obtener la doble nacionalidad, la de origen y la del nuevo país donde ha
sido acogido. Esto le ofrecerá la oportunidad de vivir en las mismas
condiciones que cualquier otro ciudadano.
Así ha ocurrido
también con nosotros, pertenecíamos a un país caído, pero ahora ya no es así "Así pues, ya no sois extraños ni
extranjeros, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia de
Dios" no hemos recibido una doble nacionalidad, sino que nos han
cambiado la nacionalidad.
Obtener la doble
nacionalidad implica tener parte de dos países, cuando nos convertimos en
conciudadanos de los santos, inmediatamente dejamos de tener nada que ver con
aquellos que no lo son. Ya no hay relación, ya no hay los mismos
comportamientos, todo lo contrario, ahora pertenecemos únicamente al reino de
los cielos.
Aquel que tiene esta
ciudadanía sufre un cambio radical, aunque sigue viviendo en el mismo lugar, su
corazón ya no pertenece a ese lugar, aunque sigue viendo a sus antiguas
amistades ya no hace los mismos actos que hacen ellos, el que vive siendo
ciudadano de los cielos actúa conforme al Rey de su pueblo, se produce un
cambio y nos convertimos en sus embajadores.
Nuestra vida y
pensamientos ya no están en esta tierra, nuestra ciudadanía es de los cielos,
ahora solo importa el plan de Dios, ya no importan los nuestros. Somos
embajadores del reino de los cielos y debemos ser un ejemplo de lo que Dios es.
¿Aceptas el reto?
AP
Que Dios les bendiga siempre y gracias por su ayuda para entender cada día la Palabra.
ResponderEliminarExcelente...Dios les bendiga
ResponderEliminar