“Porque donde hay celos y ambición personal, allí hay confusión y toda
cosa mala. Pero la sabiduría de lo alto es primeramente pura, después pacífica,
amable, condescendiente, llena de misericordia, sin vacilación, sin hipocresía.”
La competitividad por ser el mejor
y quedar por encima de los demás es el pan diario de la gran mayoría de
trabajos, sobre todo de aquellos que se mueven por puestos directivos. Existe
una película española llamada el método Groholm, la cual explica una entrevista
de trabajo entre 8 candidatos en el que nadie de la empresa está allí. Poco a
poco van recibiendo pruebas y entre ellos van eliminándose. Esta película
muestra la realidad de la naturaleza del hombre, el cual por su propia ambición
es capaz de hacer cualquier cosa aunque eso suponga destrozar a tu rival
anímicamente.
Esta es la realidad del mundo, y
antes esta realidad Santiago quiere ofrecer la diferencia entre la sabiduría
humana y la sabiduría del cielo. “Porque
donde hay celos y ambición personal, allí hay confusión y toda cosa mala. Pero la
sabiduría de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable,
condescendiente, llena de misericordia, sin vacilación, sin hipocresía.” Esta
sabiduría de lo alto marcará el carácter de quien la posea.
El mundo nos llama a ser celosos
y tener ambiciones personales fuertes, a buscar alcanzar nuestro objetivo sea
como sea, pero que diferente es la sabiduría que Dios da.
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Esta
sabiduría es pura. Lo es porque en ella no hay maldad, mientras que la
sabiduría del mundo no lo importa pecar, la sabiduría del cielo nos lleva a
buscar la santidad y a huir del pecado.
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Esta
sabiduría es pacífica. No solamente nos busca problemas, va más allá, busca
arreglarlo, no rehuye de los conflictos, sino que entra en ellos y basándose en
el amor busca la paz.
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Esta sabiduría
es amable. No encontramos en ella malas palabras, siempre atiende con una
sonrisa, su trato es delicioso y esto produce un buen clima a su alrededor. La
amabilidad muestra un carácter transformado por Cristo.
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Esta
sabiduría es condescendiente. Condescendencia significa acomodarse por
bondad al gusto y voluntad de alguien. Siempre que este gusto o voluntad no
sean pecado, la sabiduría del cielo se pondrá a la altura de los demás,
mostrando interés por los gustos de los demás y no los propios. ¿Acaso no hizo
siempre eso Jesús?
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Esta
sabiduría es misericordiosa. Esta sabiduría ofrece misericordia, busca
cubrir la miseria de los demás con amor, exactamente como Cristo hizo con
nosotros, tal y como la misericordia de Dios nos suple de todas necesidades.
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Esta
sabiduría no vacila. Es una sabiduría que se mantiene firme, que aunque
reciba ataques no cambia, sabe en quien ha creído y está por encima de todo.
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Esta
sabiduría no es hipócrita. La sabiduría que viene de Dios, no tiene dos
caras, todo lo que dice está reflejado con sus actos, su fe es demostrada por
medio de sus obras, cumple lo que dice y lleva una vida ejemplar.
Qué fácil es buscar la sabiduría
humana, pero hoy tenemos un reto por delante, buscar y rogar a Dios que nos de
su sabiduría, para que nuestro carácter sea como el de Dios.
AP
Conclusión, la sabiduría de Dios es perfecta que bueno seria poder poner en práctica todos estos términos para acercarnos a la perfección de DIOS, muchas gracias por desglosar este versículo 17 del capítulo 3 del libro de santiago, lo compartiré con mis amigos DIOS los bendiga
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