Efesios 5:1-2 - ¿A quién imitas?



"Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y andad en amor así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma."

La manera en que los seres humanos aprendemos nuestras formas, costumbres, vocabulario, pensamientos, etc es por medio de imitación. Pero esto no ocurre únicamente cuando somos niños, sino que conforme crecemos imitamos a nuestros profesores, amigos, familiares, pareja, y cualquier otra persona con quien tengamos contacto, copiamos expresiones, copiamos maneras de hablar, de responder, opiniones. Es un proceso lógico, cuando pasamos tiempo con alguien empezamos a copiar y a parecernos a esa persona, sin dejar de perder nuestra propia identidad si que es cierto que imitamos a quienes nos rodean.

¿Y nosotros a quien imitamos? ¿A quién te pareces cada día más en tu forma de ser? Probablemente la respuesta sea a la persona que admiras o que más tiempo pasas con ella. La Biblia no muestra en cambio a quien debiéramos imitar "sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y andad en amor así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma." Un niño siempre quiere ser como su padre, lo ve como un héroe e intenta imitarlo, pero, ¿intentamos imitar a nuestro Padre celestial?

Quizá la pregunta no es tanto si le estamos imitando ni como le estamos imitando, la pregunta clave es ¿cuánto pasamos con Él y cuanto le conocemos? Porque la imitación viene por la convivencia, y la convivencia solo existe en oración y en lectura de la Biblia, no puede ser de otra manera. ¿Conocemos realmente a Dios? ¿Sabemos sus atributos, lo que Él es? ¿Comprendemos su santidad? ¿Le amañamos? Porque el conocimiento de Él debe producir que le imitemos.

¿Cómo podemos imitar a Dios? Teniendo su mismo carácter, su mismo amor, ofreciendo nuestra vida como una ofrenda a Dios, dándole lo más valioso que haya en nuestra vida, amando a los demás por encima de nuestro propio beneficio, buscando hacer la voluntad de Dios, que nuestras vidas sean un fragante aroma para su presencia, un sacrificio de alabanza. Seamos imitadores de Dios, amantes de los que nos rodean, sacrificios vivos.


AP

Comentarios

  1. El llamado de Dios nos demanda dejar todo para así alcanzar a ser dignos de él, esto significa que nada en mi vida puede ser más importante que Cristo.

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  2. SOMOS HIJOS DE DIOS Y COMO SUS HIJOS TENEMOS QUE AMARLE YADORALE A El.NUestra meta debe de ser siempre alcanzar ser imitadores suyos , solo haci llegaremos a la meta final que es en Cristo Jesus el Dios nuestro Dios los bendiga.

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