Genesis 13 - Resolviendo conflictos

“Y Abram dijo a Lot: Te ruego que no haya contienda entre nosotros, ni entre mis pastores y tus pastores, porque somos hermanos. ¿No está toda la tierra delante de ti? Te ruego que te separes de mi: si vas a la izquierda, yo iré a la derecha; y si vas a la derecha yo iré a la izquierda.”

En nuestra vida todos hemos pasado en algún momento por situaciones desagradables y de desacuerdo, que nos han llevado a conflictos, o malentendidos que han sido públicos y que nos han herido. Hay mucha clase de conflictos, igual que hay muchas clases de reacciones ante ellos. Seguro que todos conocemos personas que después de un conflicto han roto su relación, no han querido saber nada el uno del otro, hermanos que han dejado de hablarse, matrimonios separados. ¡Qué importante es saber afrontar los conflictos de una manera correcta.

Lo mismo ocurrió con Abram y Lot, ellos estaban viviendo juntos, tenían pastores que cuidaban de sus ganados, pero el momento era tan bueno, eran tan prósperos que sus pastores se convirtieron en gallos y cuando hay demasiados gallos en un gallinero la cosa suele acabar mal. Tras una disputa, Abram toma las riendas: “Y Abram dijo a Lot: Te ruego que no haya contienda entre nosotros, ni entre mis pastores y tus pastores, porque somos hermanos. ¿No está toda la tierra delante de ti? Te ruego que te separes de mi: si vas a la izquierda, yo iré a la derecha; y si vas a la derecha yo iré a la izquierda.” Abram tomó una decisión para buscar la paz, y realmente la consiguió, fue humilde dejando a Lot elegir hacia donde quería ir, pero, ¿cómo debemos reaccionar nosotros ante los conflictos? Veamos algunos pasos a dar.

1-    Reconociendo el conflicto: Es básico primero de todo reconocer el conflicto. Da igual en la parte que estés, si eres el ofensor, “Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”; o si eres el ofendido “¡Tened cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente perdónalo”. Tanto en el ofendido como el ofensor deben dar siempre el primer paso. ¡Cuántos conflictos evitaríamos llevando a la práctica esto!

2-    Pasando por alto el error: Muchas veces el conflicto simplemente se puede resolver pasándolo por alto. “La discreción del hombree le hace lento para la ira, y su gloria es pasar por alto una ofensa.” Si cada situación que nos molesta algo, tuviésemos que hablarlo nos pasaríamos las 24 horas del día disculpándonos, pero “Sobretodo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.” Siempre que sea posible, debemos pasar por alto la ofensa y perdonar a aquellos que nos hacen algo.

3-    Confrontando cara a cara: Otras veces la ofensa nos hace tanto daño que necesitamos que se nos pida perdón “Y si tu hermanos peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano”. Los conflictos se deben resolver a solas y en intimidad. ¡Cuántas veces no se entera todo el mundo del conflicto antes que la persona con quien hay que arreglarse! Debemos ser prudentes y solucionar los problemas en la intimidad sin hacerlos públicos.

4-    Confrontación pública: Es posible que nos encontremos en situaciones que el conflicto no sea resuelto en privado y haya que llevarlo a una solución con testigos “Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o dos más, para que toda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos. Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como gentil y recaudador de impuestos.” Ojalá nunca haya que llegar a este punto, pero la recomendación de Jesús es que cuando un conflicto no pueda ser resuelto íntimamente, haya personas sabias que intermedien, y en el caso de que aun así el ofensor no sea capaz de reconocer su error, sea tomado como alguien que no pertenece a la iglesia.

Nuestra responsabilidad únicamente es resolver los conflictos, así lo hizo Abram, fue pacificador
¡Resuelve los conflictos pasados y obra correctamente en los conflictos que aparezcan en el futuro!

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