Genesis 5 - Caminando con Dios


“Y Enoc anduvo con Dios, y desapareció porque Dios se lo llevó”

Pocas imágenes me causan tanta ternura como ver a dos personas mayores caminando juntos de la mano por la calle. Personas que habrán pasado juntos tanto momentos buenos como malos, pero que su amor nunca se apagó. Dos personas que han andado juntos a lo largo de los años.

Desde que en el capítulo 2 de Génesis se nos decía que Dios se paseaba con Adán en el huerto, nadie más había andado junto a Dios, hasta que apareció Enoc. “Y Enoc anduvo con Dios, y desapareció porque Dios se lo llevó”. Veamos pues, tres características que significan andar con Dios:

1-    Andar con Dios es ir cogidos de la mano: Ya no existe el individuo, ya no existe las decisiones pensando en ti mismo, todo se reduce a ir por el camino por el cual Dios te lleva. Caminar con Dios de la mano significa que aún cuando el camino sea complicado, por encima de la circunstancia sabemos, que su mano nos sostendrá y nos levantará cuando caigamos.

2-    Andar con Dios es amar cada día más: La clave de amar cada día más es que Dios nos amó primero. No hemos sido nosotros los que hemos cogido de la mano a Dios, sino que estando perdidos, el nos cogió, nos lavó y nos amó. Ante esto solo hay una posible respuesta por nuestra parte, amarle cada día más.

3-    Andar con Dios es intimidad: La intimidad del tiempo a solas. Caminar con Dios requiere de tiempo de calidad sin que nada ni nadie estorbe. No podemos caminar con Dios y estar rodeado de gente; se requiere de tiempo a solas en la habitación, de abrir nuestro corazón, dejar las corazas fuera y mostrarnos transparentes, sin ocultar nada.

Enoc tuvo dos privilegios, el primero anduvo con Dios, es lo mejor que un ser humano pueda tener, caminar de la mano de Dios y disfrutar de su presencia. El segundo privilegio, Dios se lo llevo, y esta es nuestra esperanza, “nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.” ¡Qué gran esperanza poder andar con Dios y decir Maranatha, El Señor viene pronto!

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