Génesis 6 - Obediencia incondicional

“Y así hizo Noé; conforme a todo lo que Dios le había mandado, así hizo”

No sé si alguna vez has hecho la prueba de entrar en una habitación con los ojos vendados, sin saber lo que hay dentro de ella, y te han retado a llegar al otro lado sin ver nada, guiándote únicamente por la voz de la persona que te ha retado. Únicamente siendo escrupuloso en la obediencia a las indicaciones y confiando en la persona que guía es posible llegar al objetivo, sin confianza te chocaras contra alguno de los obstáculos, y sin un buen guía será imposible llegar al otro extremo.

En el capítulo 6 de Génesis Dios escoge a Noé como salvador de la raza humana con un objetivo, construir un arca en el que resguardar de la ira de Dios a los animales y a su familia. “Y así hizo Noé; conforme a todo lo que Dios le había mandado, así hizo”. Noé obedeció hasta en el más mínimo detalle cada instrucción dada por Dios. ¡Qué ejemplo de obediencia!

Noé luchó contra varios obstáculos, el primero no haber visto nunca llover, obedecer a alguien a quien no veía, soportar la burla y las risas de los que le rodeaban, construir un arca más grande de lo que hasta el momento había existido, estar aproximadamente 100 años trabajando en su misión, demasiados impedimentos, tantas excusas para poner, pero aún así él lo hizo.

¿Cuál es el reto que Dios te ha puesto en tu vida? ¿Qué excusas tienes para no llevarlo a cabo? Quizá pienses que Dios no tiene un plan para ti, quizá sea cierto que por el momento no hay un plan concreto, pero si que hay uno para todos los que somos sus hijos: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Este es el reto que tenemos por delante, presentar nuestra arca de salvación a quienes tenemos cerca, a Jesús. ¿Qué excusa pondremos para no hacerlo?


Noé hizo todo y obedeció por fe, “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Obedecer significa hacer las cosas por fe, guiándonos por la voz de Dios aunque no veamos los obstáculos que hay delante de nosotros, pero sabiendo que Él está con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo. ¡Hoy es un buen día para hablar de Jesús a todos los que nos rodean!

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