"Y
esta piedra que he puesto por señal será casa de Dios; y de todo lo que me des,
te daré el diezmo.”
Vivimos en un tiempo en que se nos ha inculcado
una mentalidad materialista y egoísta, en la que lo primero de todo somos
nosotros, y necesitamos consumir para sentirnos bien con nosotros mismos. Este
es el origen de las tiendas de todo 1€ antes conocidas como todo a 100. Se
descubrió que los ricos podían sentirse más felices por momentos porque el
hecho de comprar producía en ellos satisfacción, al ver esto alguien pensó que
era una buena oportunidad que los pobres pudiesen sentirse igual y de aquí
surgió la idea de crear tiendas en las que todo el mundo pudiese saciar su
apetito consumista.
Jacob huía de su hermano que le quería matar y se encuentra
con Dios y hace un pacto con Él, le pide que le alimente y le vista y entonces
decide poner una señal. "Y esta piedra que he puesto por señal
será casa de Dios; y de todo lo que me des, te daré el diezmo.” Jacob entendió algo, todo lo que tenía venía de
Dios, y se marcó el diezmo como el agradecimiento hacia aquello que Dios le
había dado.
Diezmo vs ofrenda, el gran debate. Hay muchas
doctrinas que se pueden discutir, y ninguna de ellas debería llevar a peleas,
aunque muchas lo hacen, pero cuando se entra en el tema del bolsillo aquí es
cuando todos nos ponemos un escudo e intentamos que nos afecte lo menos
posible. Creo que más importante que la cantidad esta la disposición del
corazón. Es cierto que Jacob se comprometió a dar a Dios el diezmo de todo lo
que tuviera, y personalmente considero que el diezmo como ley personal es algo
bueno, siempre y cuando se entienda por qué se hace.
El problema radica básicamente en que nuestro
cristianismo no tiene a Dios en el centro, tiene al ser humano, esto hace que
aunque lo digamos realmente no creamos que todo lo que tenemos es porque Dios
nos lo ha dado. Tenemos un trabajo gracias a nuestros conocimientos y
actitudes, ganamos dinero gracias a nuestro esfuerzo diario, todo lo que
tenemos es gracias a nosotros mismos, Dios en nuestras mentes no pinta nada, y
este es el origen del problema entre el diezmo y la ofrenda, no está en la
cantidad, está en que no reconocemos que lo que tenemos es de Dios.
Ante esto cada uno debemos reflexionar, creo que
dar el diez por ciento de lo que tenemos a regañadientes no honra a Dios, darlo
para que los demás sepan lo que damos, no honra a Dios. El diezmo o la ofrenda
no es más que un signo de agradecimiento. Personalmente creo que marcarse una
cantidad mensual es bueno, y es bueno hacerlo nada más cobrar, ya que es fácil gastarlo
en otras cosas, al hacer esto decimos: “Señor gracias por lo que me has dado, y
como gratitud quiero darte una pequeña parte.” Dar por legalismo no agrada a
Dios y trae aflicción a nuestro espíritu, en cambio “Dios ama al dador alegre” ¿Qué tipo de dador eres tú?
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