"José, pues, conoció a sus hermanos; pero ellos no le conocieron. Entonces
se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos.”
En la Biblia vemos muchas historias que de no
ser por Dios serían imposible que se cumplieran, mujeres estériles dando a luz,
jóvenes matando gigantes con piedras, fuego cayendo del cielo y consumiendo a
idolatras, plagas azotando a un país entero a causa del duro corazón de su
gobernador, cuervos alimentando a profetas, nubes durante el día y columna de
fuego por la noche guiando a mas de siete millones de personas por un desierto,
vírgenes dando a luz al mismo Dios. ¡Cuantas cosas increíbles vemos en la
Biblia que debieran darnos aliento.
En Israel estaban pasando hambre, solamente
Egipto y gracias a la buena gestión de un hebreo tenia comida, solamente este
pueblo había sido capaz de sobrevivir en un tiempo tan complicado. La
situación de Israel y sus hijos no era la idónea, ante esto se dirigen a Egipto
para intentar conseguir el sustento para llegar a sus últimos días, para
sobrevivir "José, pues, conoció a
sus hermanos; pero ellos no le conocieron. Entonces se acordó José de los
sueños que había tenido acerca de ellos." Dios cumplió su promesa,
aquel sueño que desató su venta, la promesa que enfureció a sus hermanos, Dios
la había cumplido. José seguramente la había olvidado, ya no tenía muchos
sentido para él, al fin y al cabo estaba en un lugar de honor, pero lo que Dios
le prometió de joven, con el paso de los años se convirtió en realidad.
¿Te ha prometido Dios algo? Un
ministerio, un trabajo, una mujer, la salvación de tu marido o mujer, la
sanidad de la enfermedad que te azota. Dios es un Dios de promesas, la Biblia
esta llena de ellas, y Hebreos 11 nos habla de aquellos que recibieron promesas
y vivieron conforme a ellas, su vida se sostuvo en las promesas que Dios les
había dado, no las olvidaron, las guardaron en su corazón y vivieron por ellas.
En cambio José se olvidó, hasta
que llegaron sus hermanos, era el mensaje de Dios ¡No me he olvidado! ¡Que gozo
saber que Dios no olvida lo que promete! "Dios
no es hombre para que mienta”. Si Dios te ha prometido algo, atesóralo en
tu corazón, que sea tu fuente de ánimo en la dificultad, quizá no sea algo
específico, la Biblia esta llena de promesas de Dios, realmente debieran ser
motivos de ánimo para nosotros. Si Dios te promete algo escríbelo, anótalo, recuérdalo
y vive apoyado en él.
¿Sientes que Dios se ha olvidado?
Mira tu vida y maravíllate de todo lo que Dios ha cumplido, como Dios te
alimenta, te viste, te guarda, todo le pertenece y lo más importante ¡nos ha
adoptado para que seamos sus hijos! Sientes que Dios no te ha prometido nada, “por tanto, acerquémonos con confianza al
trono de la gracia para que recibamos misericordia y hallemos gracia para la
ayuda oportuna”. Dios es un Dios de promesas, ve ante su trono, conócele y
Él te dará. Hay una promesa que está por encima de todas, Él volverá en las
nubes y entonces “los muertos en Cristo
resucitaran primero, entonces nosotros, los que estemos vivos y permanezcamos,
seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en
el aire, y así estaremos con el Señor para siempre.” Esta es la mayor
promesa, Cristo volverá a por los que son suyos, vive con esta esperanza, este
debe ser el verdadero motor de nuestras vidas.
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