"Yo te respondo por él; a mí me
pedirás cuentas. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti,
seré para ti el culpable para siempre.”
En una clase,
durante el año tenían el día llamado el día de los encargos. Este día cada niño
recibía una tarea para responsabilizarse durante el año. Rita recibió un
encargo muy especial, una cajita con arena y una hormiga, la cual según la
profesora era una hormiga muy especial, aunque para el resto de compañeros era
algo insignificante y sin valor. Rita dijo: Convertiré
este pequeño encargo en algo grande. Rita se dedicó a estudiar los
diferentes tipos de hormigas, su hábitat y costumbres, y adaptó la cajita para
que fuese perfecta. Unos meses después llegó a clase un hombre que parecía ser
alguien importante, al verlo la profesora paró la clase y este hombre les dijo
que habían sido seleccionados para ir de viaje a una selva tropical por haber
sabido cuidar mejor que nadie la delicada hormiga. Rita fue felicitada por
haber sido tan paciente y responsable, todo empezó con convertiré ese pequeño
encargo en algo grande.
Rita se
responsabilizó y convirtió en su centro aquella hormiga, algo así hizo Judá
ante la demanda de José, Israel no quería dejar ir a su hijo menor por miedo a
perderlo, pero Judá se responsabilizó "Yo
te respondo por él; a mí me pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si
no lo pongo delante de ti, seré par ti el culpable para siempre." Este
pacto que hizo Judá con su padre era algo serio, no era una tontería, pero no
dudó en hacerlo, había una misión que cumplir y dio un paso hacia adelante.
Sin ninguna
duda, uno de los grandes problemas, no solo de la iglesia, sino de la sociedad
de nuestro tiempo es la falta de responsabilidad, vemos como tantas personas se
comprometen pero luego no cumplen. Esto no debiera ser así nunca en la iglesia,
aunque la Biblia nos advierte de ello. “El
alma del perezoso desea, pero nada consigue, mas el alma de los diligentes
queda satisfecha”. ¡Debemos ser diligentes! Es horrible cuando de un hijo
de Dios se dice que no se puede confiar en él, esto no es más que símbolo de
una motivación incorrecta.
La motivación
que nos lleva a hacer las cosas es la clave del éxito, el convertir un pequeño
encargo en algo grande nos llevará a cumplir los objetivos y nos motivará. No
hay mayor objetivo que hacer las cosas porque glorifican a Dios. “Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o
que hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.” Piensa
en cualquier cosa que tengas que hacer y piensa que es para la gloria de Dios.
Da igual que parezca grande o pequeño, haz tú que sea grande. Hoy es un buen
día para afianzar tu responsabilidad y si hasta ahora no lo has sido, empieza a
serlo.
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