Génesis 43 - Siendo responsables


"Yo te respondo por él; a mí me pedirás cuentas. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti, seré para ti el culpable para siempre.”

En una clase, durante el año tenían el día llamado el día de los encargos. Este día cada niño recibía una tarea para responsabilizarse durante el año. Rita recibió un encargo muy especial, una cajita con arena y una hormiga, la cual según la profesora era una hormiga muy especial, aunque para el resto de compañeros era algo insignificante y sin valor. Rita dijo: Convertiré este pequeño encargo en algo grande. Rita se dedicó a estudiar los diferentes tipos de hormigas, su hábitat y costumbres, y adaptó la cajita para que fuese perfecta. Unos meses después llegó a clase un hombre que parecía ser alguien importante, al verlo la profesora paró la clase y este hombre les dijo que habían sido seleccionados para ir de viaje a una selva tropical por haber sabido cuidar mejor que nadie la delicada hormiga. Rita fue felicitada por haber sido tan paciente y responsable, todo empezó con convertiré ese pequeño encargo en algo grande.

Rita se responsabilizó y convirtió en su centro aquella hormiga, algo así hizo Judá ante la demanda de José, Israel no quería dejar ir a su hijo menor por miedo a perderlo, pero Judá se responsabilizó "Yo te respondo por él; a mí me pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti, seré par ti el culpable para siempre." Este pacto que hizo Judá con su padre era algo serio, no era una tontería, pero no dudó en hacerlo, había una misión que cumplir y dio un paso hacia adelante.

Sin ninguna duda, uno de los grandes problemas, no solo de la iglesia, sino de la sociedad de nuestro tiempo es la falta de responsabilidad, vemos como tantas personas se comprometen pero luego no cumplen. Esto no debiera ser así nunca en la iglesia, aunque la Biblia nos advierte de ello. “El alma del perezoso desea, pero nada consigue, mas el alma de los diligentes queda satisfecha”. ¡Debemos ser diligentes! Es horrible cuando de un hijo de Dios se dice que no se puede confiar en él, esto no es más que símbolo de una motivación incorrecta.


La motivación que nos lleva a hacer las cosas es la clave del éxito, el convertir un pequeño encargo en algo grande nos llevará a cumplir los objetivos y nos motivará. No hay mayor objetivo que hacer las cosas porque glorifican a Dios. “Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.” Piensa en cualquier cosa que tengas que hacer y piensa que es para la gloria de Dios. Da igual que parezca grande o pequeño, haz tú que sea grande. Hoy es un buen día para afianzar tu responsabilidad y si hasta ahora no lo has sido, empieza a serlo.

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