"Al ver los escribas de los fariseos que Él
comía con pecadores y recaudadores de impuestos, decían a sus discípulos: ¿Por
qué Él come y bebe con recaudadores de impuestos y pecadores? Al oír esto,
Jesús les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que
están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores."
La palabra
popularidad significa aceptación y aplauso que alguien tiene en el pueblo. Por
supuesto por pueblo no debemos entender únicamente una ciudad, sino que
cualquier grupo de personas, como por ejemplo una clase, un grupo de trabajo,
un grupo de amigos o una iglesia, esto es un pueblo, mayor o menor, pero
igualmente lo es, al fin y al cabo no es más que un grupo de personas, y la
popularidad no es más que una aceptación y aplauso por parte de los otros
miembros del grupo.
Jesús gozaba de gran
popularidad entre el pueblo, ¿Quién no sería famoso sanando enfermedades,
echando fuera demonios, enseñando religión real, dando de comer? Cualquiera que
hiciese esto hoy en día tendría una gran popularidad. Pero estaba cortando el
grifo de los fariseos, entonces como de costumbre decidieron atacar “Al ver los escribas de los fariseos que Él
comía con pecadores y recaudadores de impuestos, decían a sus discípulos: ¿Por
qué Él come y bebe con recaudadores de impuestos y pecadores? Al oír esto,
Jesús les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que
están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores." Lo
mejor de Jesús es que cuando recibía ataques, sus contraataques eran aun más
fuertes. Los escribas y fariseos tuvieron que callar.
Sin ninguna duda,
hoy en día si Jesús se juntara con estos a comer, no creo que fuese muy bien
visto por la iglesia, es más
probablemente reaccionaríamos igual que los escribas y fariseos y le atacaríamos.
Quizá rápidamente pienses que esto no es así, pero ¿no somos rápidos juzgando
cuando vemos a otros creyentes en sitios que aparentemente no deberían estar?
Mientras aplicamos la gracia a nuestra vida, imponemos la ley y el legalismo a
otros, exigimos lo que no estamos dispuestos a dar pero sí que lo den los
demás.
El problema es que
hemos olvidado lo que recibimos, éramos enfermos y el doctor nos visitó nos
curó y nos dio la medicina, pero sin darnos cuenta dejamos de juntarnos con
enfermos para juntarnos con “sanos” aparentemente. Jesús sanó nuestra
enfermedad ¡Qué afortunados! Y lo mejor de todo, sin tener que pagar, pero solo
nos pidió una cosa, ves a los enfermos y dales medicina para que se sanen. En
cambio nosotros montamos iglesias, las cuales son buenas, pero las hemos
convertido en bunker, donde en lugar de salir nosotros a dar medicina, pedimos
que los enfermos vengan a buscarla. Nos hemos aislado. Pero nuestra misión es
juntarnos con aquellos que no creen, vivir con ellos pero no practicar lo que
ellos practican, andar con ellos, pero no desviarse por donde ellos se desvían.
Siéntate hoy con los pecadores, vive con ellos y marca la diferencia. Ruega a
Dios que te ayude a vivir una vida diferente fuera de la religión de iglesia y
dentro de la religión diaria. Esta es la medicina que uso Jesús, que Dios nos
ayude a ser capaces de usarla nosotros también.
AP
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