Marcos 2:23-28 - Tergiversando la realidad


"También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo"

Es increíble la facilidad que tienen algunas personas para tergiversar la realidad y llevar las cosas a su terreno. Esto es algo que se ha hecho durante toda la historia. Desde el tiempo en que Dios le dio la ley a Moisés hasta el tiempo de Jesús, los religiosos se habían encargado de endurecer aún más la ley, de poner leyes que aún superaban la ley que Dios había otorgado al hombre y ponía el listón mucho más alto de lo que cualquiera pudiese llegar a cumplir. Una de las cosas que más se había endurecido era acerca del día de reposo, añadiendo reglas ilógicas, como que estaba prohibido atrapar una pulga ya que esto se consideraba cazar, lo cual estaba claramente prohibido.

Ante esta realidad acerca de la ley, surge un conflicto, Jesús y sus discípulos pasan cerca de un campo de trigo y estos comienzan a recoger algo de espigas, rápidamente los fariseos que les seguían les acusan, ante esto Jesús responde: "También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo". Los fariseos habían llegado a tergiversar la realidad y el motivo de las cosas, y Jesús decide poner los puntos sobre las íes y dejar clara la situación.

Nos encanta hablar de la gracia pero nuestras vidas únicamente demuestran vivir en la ley. La ley en realidad no es mala, nos muestra nuestra incapacidad de llegar a Dios, Pablo lo expresa a la perfección “de manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.” Necesitábamos que la ley nos mostrase nuestra dependencia de Dios para ser salvo, y nos llevó a Cristo. Pero tristemente olvidamos esto con mucha facilidad y seguimos aferrados a la ley, esclavizados a cumplir preceptos. Pero no porque la ley sea amala “de manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno”.

El gran problema es nuestro corazón, los religiosos del tiempo de Jesús torcieron la ley para ser ellos quienes la dominasen, y Jesús les reprendió y les dejó claro que la ley fue hecha por la existencia del hombre, y no el hombre porque existiese una ley. ¡Dios dio la ley para llevarnos a Cristo! La ley es misericordia de Dios para que podamos ser salvos. Siguiendo con el último texto Pablo añade: “¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecados llegase a ser sobremanera pecaminoso.” La ley no trajo muerte, nos encamino a la vida, pero siempre que la ley sea bien entendida, ya no estamos bajo su peso, vivimos en la gracia. Esta es nuestra esperanza el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo", Dios está por encima de la ley, Él ofrece libertad así que “estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yudo de esclavitud”.


AP

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