Marcos 3:13-19 - Llamados y escogidos

“Y subió al monte, llamó a los que Él quiso, y ellos vinieron a Él.”

La vida está llena de elecciones, cada día decidimos que ropa nos pondremos, que comeremos si iremos en coche o en transporte público a trabajar, decidimos si preferimos quedar con un amigo a tomar un café o si vamos a casa. Desde niños elegimos quienes serán nuestros amigos, decidimos si queremos o no estudiar, decidimos nuestro futuro, escogemos la persona con la que pasaremos toda la vida, escogemos nuestro trabajo, nuestros hobbies, nuestra iglesia, nuestra religión. Por el contrario hay cosas que no podemos escoger, no podemos escoger el lugar donde nacemos, no podemos escoger si somos hombre o mujer, no podemos escoger nuestra altura, nuestras enfermedades, nuestros hijos, nuestra familia y tampoco ser hijos de Dios.

Jesús estaba preparando su equipo, estaba preparando la que sería su iglesia. Su Padre escogió un pueblo que nació de Jacob, más tarde conocido como Israel, pero Jesús estaba preparando el camino para algo más grande, para la adopción de los gentiles y entonces "subió al monte, llamó a los que Él quiso, y ellos vinieron a Él." Jesús escogió a quienes serían los escogidos para ser los fundamentos de la iglesia, seleccionó a aquellos gracias a los cuales nosotros escucharíamos el evangelio, y ellos simplemente vinieron a Él, sin dudas, sin vacilaciones, sin pensarlo, Dios les llamó y ellos simplemente obedecieron.

¿No nos sucedió a nosotros lo mismo? ¿No recibimos un día un mensaje, una palabra que cambió nuestro interior sin hacer nada? Es claro "según nos escogió en Él antes d la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él" y por tanto "En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad." No existe elección, Dios llamó a quien Él quiso y nosotros simplemente fuimos.  "Y a los que predestinó, a esos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a esos también glorificó."



De ninguna manera existe duda que si somos Hijos de Dios es porque Él nos llamó, somos las ovejas del Pastor "mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen" solamente podemos seguir la voz de nuestro Pastor Jesucristo. No hemos podido hacer nada, su gracia es irresistible "porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe." La llamada de Dios produjo la fe en ti para que la gracia fuera efectiva, no eres salvo por nada que hagas, eres Hijo de Dios por la fe que Dios puso en ti. Jesús escogió y empezó una revolución que ha llegado a nuestros días. ¿Responderemos nosotros igual y seremos revolucionarios del reino de los cielos en esta tierra?


AP

Comentarios