Marcos 3:20-28 - ¿Desacreditado?



Es asombroso como el ser humano tiene la capacidad de imitación tan desarrollada. Ya desde pequeños basamos nuestra vida en la imitación de nuestros mayores, de nuestros padres, abuelos, hermanos, amigos. No es de extrañar ver a un niño que actúa como su padre, habla como sus padres y reacciona como sus padres, buena parte de esto son los genes, pero también existe un gran porcentaje de imitación. No hay más que ver como de nuestros amigos se nos pueden llegar a pegar ciertas expresiones e incluso gestos simplemente por pasar tiempo con ellos.

Satanás ha sido siempre un genio de la imitación y el engaño, en el principio habló con Adán y Eva y los engañó, en Egipto los magos de faraón imitaron casi a la perfección las plagas enviadas por Dios. No sería de extrañar por lo tanto que en el tiempo de Jesús hubiesen otros que hiciesen milagros y obras en comandados por Satanás. Entonces aparece la acusación a Jesús "Y los escribas que habían descendido desde Jerusalén decían: Tiene a Beelzebú; y: Expulsa a los demonios por el príncipe de los demonios." Satanás había encontrado a sus aliados perfectos, a los religiosos del tiempo, personas con poder y autoridad sobre el pueblo, sobre las personas. Hombres influyentes cuya opinión tenía mucho peso.

Satanás conocía quien era Jesús, intentó vencerle en el  desierto y salió vencido, intentó tentar al Rey del universo y no logró nada, más bien todo lo contrario. Satanás ha utilizado durante toda la historia el nombre de Dios para sus propósitos, la inquisición es una de las muestras, la iglesia católica y sus hechos son armas utilizadas para crear en el ser humano rechazo hacia la religión y por lo tanto hacia Dios. Su estrategia siempre ha sido la de desacreditar. Todos aquellos que hacen ocultismo, lanzar cartas, y esta clase de prácticas muchos afirman haber recibido un don de parte de Dios, cuando en realidad son siervos de Satanás.

Debemos andar con ojo y nunca olvidar que Satanás no es más que un imitador, Santiago indica “vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente”. La palabra como habla de imitación, el único león es Dios, el León de Judá, Satanás intenta imitarle, pero no puede, el poder de Dios siempre será mayor que el de Satanás. Esta es nuestra confianza “si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? No importa lo  poderoso que pueda ser nuestro enemigo, mayor es nuestro Dios. Da igual sus estrategias, Dios no permitirá que nos haga más de lo que podemos soportar. Mayor es el poder de nuestro Dios y esto nos permite vivir confiados en que todo irá bien.



AP

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