Marcos 5:1-20 - ¡Ve y cuéntalo!

"Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuan grandes cosas el Señor ha hecho por ti, y como tuvo misericordia de ti. Y él se fue, y empezó a proclamar en Decápolis cuan grandes cosas Jesús había hecho por él; y todos se quedaban maravillados."

Cuando tenia unos seis o siete años, me quedé dormido en el sofa por la tarde, esto puede parecer no tener mayor importancia si no fuese porque desde que nací el dormir no ha sido una de mis cosas favoritas. Al verme mis padres se extrañaron, me tomaron la temperatura y estaba a más de 39 grados, rápidamente me llevaron al hospital y me diagnosticaron meningitis bacteriana, la peor y mas peligrosa de la que existen, tras unos días en el hospital milagrosamente salí sin ninguna secuela, cuando lo más lógico habría sido haber salido en un ataúd. Antes de nacer a mi hermano le detectaron un problema en el riñón, algo que según palabras literales de los médicos era prácticamente imposible de encontrar hasta pasados unos años de vida, hoy en día su riñón funciona perfectamente y hace una vida normal. Hace unos años mi madre bajo el axila tenía un bulto el cual ningún medico había visto, en una reunión, la persona que predicaba quiso orar por personas que tenían tumores, algo en su interior, al decir algo claramente me refiero al Espíritu Santo, le dijo que se pusiese la mano en el bulto, al acabar la oración, el bulto había desaparecido y actualmente tiene una cicatriz como si la hubiesen operado. ¿Es todo esto casualidad? No, la razón se llama Dios.

Al igual que nos pasó a mi familia, hubo un hombre que tenía un grave problema, estaba poseído, y al igual que con nosotros ocurrió un milagro y Jesús le dejo libre de su tormento, ante esto este hombre quiso seguirle, pero la respuesta de Jesús fue rotunda: "Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuan grandes cosas el Señor ha hecho por ti, y como tuvo misericordia de ti. Y él se fue, y empezó a proclamar en Decápolis cuan grandes cosas Jesús había hecho por él; y todos se quedaban maravillados." Ahora tocaba  ir y proclamar el poder de Jesús, este hombre no lo entendió, pero estaba siguiendo a Jesús en su sitio, en su casa.

Ahora piensa en ti, ¿cuantas cosas ha hecho Dios? ¿Acaso no tienes nada que agradecer? El problema esta en nuestra perspectiva, miramos demasiado lo malo que nos ocurre y olvidamos lo bueno, por eso el salmista escribió "Bendice alma mía al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades; el que te corona de bondad y compasión; el que te colma de bienes tus años, para que tu juventud se renueve como el águila." ¿No te sientes identificado con todo esto? 

Si la respuesta es sí, entonces bendice a Dios y haz como este endemoniado, cuenta en tu sitio lo que Dios ha hecho por ti, olvidate hoy que es el día del Señor de tus necesidades y alaba a Dios "alabadle por sus hechos poderosos; alabadle según la excelencia de su grandeza... ...todo lo que respira alabe al Señor. ¡Aleluya! No pierdas mas el tiempo y alaba al Señor, deja de mirar tus necesidades y mira todo lo que ha suplido hasta el día de hoy, se agradecido y cuenta a todo las grandezas de lo que Dios ha hecho en tí.

AP

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