En la
sociedad en que vivimos encontramos diferentes núcleos sociales, empezando por
la clase baja, media y alta, pasando por núcleos raciales, gitanos,
sudamericanos, negros, árabes, etc. Solemos tender a relacionarnos con aquellos
que son como nosotros. Pero por encima de estos núcleos hay un núcleo mucho más
antiguo, un componente que es la base de la sociedad, sin esto la sociedad se
destruye. A lo largo de la historia las decadencias morales en todas las
culturas, buena parte de culpa la tiene la destrucción de este núcleo, el
matrimonio y su destrucción se llama divorcio. Pon una raza en contra de la
otra, o logra que una clase declare rebeldía a otra y encontrarás una guerra,
destruye los matrimonios y destruirás una sociedad.
Los fariseos
una vez más tenían algo en mente, querían ver si cazaban a Jesús, si podían
pillarle, y les traen ante ellos la realidad del divorcio y su legitimidad.
Tras confrontarlos con sus corazones y su maldad, algo en lo que probablemente
no seamos tan distintos de ellos, les expone cual es el plan perfecto de Dios, “Pero desde el principio de la creación,
Dios los hizo varón y hembra. Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su
madre, y los dos serán una sola carne; por consiguiente, ya no son dos, sino
una sola carne." Esta es la realidad, Dios creó y formó un núcleo
perfecto, una base sobre la cual la sociedad podría fundamentarse. Pero Satanás
sabiendo esto quiso en su plan destruir la sociedad, y la mejor manera era la
de destruir el matrimonio, y realmente lo esta consiguiendo. En el año 2014 las
demandas por divorcio fueron 133.441 es decir, un 6.9% más que el año anterior.
A Satanás le esta saliendo el plan perfecto y esto supone la destrucción de la
sociedad. Ante esto, ¿podemos poner algún remedio? La Biblia nos da algunos
consejos:
-
Maridos amad a
vuestras mujeres como Cristo amó a la iglesia. El marido debe amar a su mujer con un amor
sacrificial, es decir, primero busca satisfacer las necesidades de su mujer y
una vez ella tiene todas sus necesidades cubiertas se ocupa de las suyas
propias. Este es el ejemplo que Cristo nos deja, primero se ocupó de su iglesia
por encima de sus propias necesidades muriendo en la cruz. ¿Acaso hay amor más
grande que este?
-
Mujeres estad
sujetas a vuestros maridos. Claramente esto no esta hablando de esclavitud. La
mujer debe estar sujeta a su marido y debe honrarle con su comportamiento,
reconociendo al marido como cabeza y sacerdote de la familia, a quien Dios
rendirá cuentas por ella y por sus hijos. Es una pena ver como hoy en día han
cambiado tanto los roles en las familias, como hay mujeres que ya sea porque el
marido no ejerce su función o porque la mujer lo ha tomado por la fuerza, no
existe esta sujeción. No olvides que Dios pedirá cuentas al hombre como cabeza
de familia y reconocer esto no puede llevar a otra cosa que a que la mujer
quede sujeta a su marido.
-
Que el marido cumpla
su deber para con su mujer, e igual la mujer con el marido. El sexo es algo importante dentro del matrimonio,
un matrimonio sin vida sexual tiene muchos números de acabar en adulterio tarde
o temprano. Pablo hace un aviso “no os
privéis el uno al otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para
dedicaros a la oración; volved después a juntaros a fin de que Satanás no os
tiente por causa de vuestra falta de dominio propio”. De común acuerdo se
puede establecer un tiempo sin relaciones sexuales, pero si este periodo se
alarga en exceso, es fácil que se convierta en adulterio. Por supuesto no
defenderemos a aquel que adultera, pero acaso ¿no es también culpable el hombre
o la mujer que no cumple con su cónyuge?
El matrimonio es un blanco fácil y en esta sociedad
descuidado para el ataque de Satanás, un tiempo en que adulterar es tan
sencillo, en que dejar que un matrimonio se estropee esta al orden del día.
Oremos para que Dios guarde los matrimonios, es la base y el centro de la
sociedad y nosotros somos responsables de orar y velar para que no se rompan.
AP
Comentarios
Publicar un comentario