Marcos 10:35-42 - Sentados a la mesa

“Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. Pero Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos. Y Jesús les dijo: La copa que yo bebo, beberéis; y seréis bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado, pero el que os sentéis a mi derecha o a mi izquierda, no es mío el concederlo, sino que es para quienes ha sido preparado.”

Si hay un día especial en la vida de cualquier persona, sin ninguna duda es el día de su boda. Ese día será recordado por toda la vida, al igual que otras cosas importantes, este día quedará guardado en nuestra retina y nunca será olvidado. Pero la realidad es que detrás de este día tan especial y bonito hay un gran trabajo detrás y un gran gasto económico. Hay que buscar restaurante donde dar el banquete, después de recorrer muchísimos restaurantes hasta que encuentras el perfecto es el momento de decidir el vestido espectacular de la novia y el traje que nadie recordará del novio, porque seamos sinceros la novia lo eclipsa todo. Tras esto toca decidir el menú, ahorrar mucho dinero y hacer la lista de invitados. Sin ninguna duda esto es lo menos placentero, porque una vez tienes la confirmación de los que asistirán a la boda toca decidir cómo los vas a sentar, quien estará en cada mesa, quien se sentará en cada sitio y que problemas hay para que en la mesa no haya tensión sino que todo esté a gusto.

Los discípulos demostraban que eran humanos una y otra vez y como no, querían buscar un buen lugar, y que mejor lugar que sentarse al lado de Jesús en el cielo, “Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. Pero Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos. Y Jesús les dijo: La copa que yo bebo, beberéis; y seréis bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado, pero el que os sentéis a mi derecha o a mi izquierda, no es mío el concederlo, sino que es para quienes ha sido preparado.” Pero como es la sabiduría del cielo, ya está todo preparado.

¡Qué alegría da saber que ya está todo preparado para los que hemos sido escogidos! La invitación para estar sentados con Cristo ya ha sido enviada, y no ha sido por ser más guapos o más feos, no ha tenido nada que ver la economía, no se trata de haber sido buenos o malos, únicamente se trata de elección divina “según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.” En otras palabras, solo se pueden sentar los que son parte de tu familia y Dios nos ha adoptado por el afecto de su voluntad. ¿Hay regalo tan grande? Ningún regalo se puede comparar a ser parte de la lista de la mesa donde estaremos sentados.

Este es un gran motivo, muchos de nosotros tenemos en nuestra mente hacer tantas cosas en la tierra que olvidamos lo increíble que será el cielo, ¿no te gozas al pensar en lo que vendrá cuando estemos con él? “La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera”. La gloria de Dios lo cubrirá todo, ¡qué gran esperanza esta! Un sitio donde su gloria lo llenará todo, donde no tendremos que preocuparnos de nada porque todo estará preparado. Mientras esperamos gocémonos en saber que seremos parte de esto, que quizá haya momentos malos en la tierra, pero la eternidad será perfecta. ¿No tienes ganas de alabarle por todo lo que tiene preparado?



AP

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