Marcos 11:27-33 - Desvelando el corazón


 “Y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, o quién te dio la autoridad para hacer esto? Y Jesús les dijo: Yo también os haré una pregunta; respondédmela, y entonces os diré con qué autoridad hago estas cosas. El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme. Y ellos discurrían entre sí, diciendo: Si decimos: “Del cielo”, El dirá: “Entonces, ¿por qué no le creísteis?” ¿Mas si decimos: “De los hombres”? Pero temían a la multitud, porque todos consideraban que Juan verdaderamente había sido un profeta.

El corazón es de esas cosas que tenemos en nuestro cuerpo que más difícil son de entender. Obviamente no me refiero al músculo que se dedica a bombear sangre por todas las venas, arterias y capilares, aunque sin duda también tiene un funcionamiento complejo, pero más complejo aún es el corazón cuando hablamos de sentimientos. Es complejo porque de el surge el amor y el odio, el miedo y la valentía, la timidez, cosas intangibles y reales al mismo tiempo. ¡Y qué engañoso es tantas veces! Cuando el corazón se encapricha es capaz de tomar el control de todo el cuerpo.

El corazón de los principales del templo estaba totalmente entenebrecido, no podían ver nada fuera de su interior, no eran capaces de ver la bondad de Jesús, eran corazones egoístas que tenían un solo propósito, destruir a aquel que estaba destruyendo sus sistemas montado para controlar los corazones del pueblo. Dejándose llevar por sus corazones buscaron coger a Jesús y arrinconarle: “Y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, o quién te dio la autoridad para hacer esto? Y Jesús les dijo: Yo también os haré una pregunta; respondédmela, y entonces os diré con qué autoridad hago estas cosas. El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme. Y ellos discurrían entre sí, diciendo: Si decimos: “Del cielo”, El dirá: “Entonces, ¿por qué no le creísteis?” ¿Mas si decimos: “De los hombres”? Pero temían a la multitud, porque todos consideraban que Juan verdaderamente había sido un profeta.”

Estos hombres buscaron, esta y otras veces atrapar a Jesús en una contradicción, ellos mismos habían caído tantas veces en esto, que viendo a Jesús como un hombre, necesitaban destruirle. No les importaba en exceso lo que la gente creyera, realmente tenían una misión importante, tenían la oportunidad en su posición religiosa de influir positivamente en la gente, pero en cambio su corazón era egoísta, hablaban cosas que no cumplían, se comportaban como lo que no era y Jesús decide revelárselo. Les confronta con su realidad y con sus dobles vidas.

¡Cuidado! Dios no puede ser burlado, no podemos tomarle el pelo a Dios, nuestros corazones son malos, nos tratan de desviar e incluso nos pueden llevar a jugar con Dios, nos llevan a prometer cosas, las cuales nosotros mismos sabemos que no cumpliremos, solo si Dios cumple lo que nosotros queremos, si nos da lo que le pedimos. Pero cuan engañoso es nuestro corazón, que inestable, un día está arriba y otro abajo. Sin ninguna duda nuestros sentimientos juegan un papel fundamental en nuestra relación con Dios, pero dejarse gobernar por ellos puede llevarnos al desastre. El salmista lo sabía, sabía lo débil que era su voluntad, lo engañoso que eran sus sentimientos, y por eso expresa este deseo “crea en mi, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.” Que hermosa oración, la cual cada uno de nosotros debieras rogar a Dios. Que Él cree un corazón limpio el cual únicamente busque de sus cosas, porque, ¿acaso hay algo más grande que esto?


AP

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