"¿Es lícito
dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos? Mas él, percibiendo la
hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que
la vea. Ellos se la trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la
inscripción? Ellos le dijeron: De César. Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a
César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios."
Uno de los
mayores placeres que encontramos en la vida, aunque pueda parecer paradójico,
una de las cosas que más pueden satisfacernos en el mundo es el arte de dar. Dar
es una acción que de poco sirve hacerla como obligación, esto no traerá nada ni
producirá nada en la persona, pero cuando se da con el corazón la cosa cambia
mucho.
Una vez más
quisieron hacer que Jesús fallara y le propusieron un dilema, "¿Es lícito dar tributo a César, o
no? ¿Daremos, o no daremos? Mas él, percibiendo la hipocresía de ellos, les
dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que la vea. Ellos se la
trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le
dijeron: De César. Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de
César, y a Dios lo que es de Dios." Jesús salió más que airoso, les
dio una verdadera lección.
Hay una cuestión
aquí que surge y que nos debemos plantear, es claro a que se refiere Jesús
cuando habla de dar al Cesar, pero ¿de qué nos habla cuando nos dice de dar a
Dios lo que es suyo? Hay muchas cosas que podemos darle a Dios y que al hacerlo
en realidad adoramos a Dios.
- Dar nuestra confianza reconoce que Dios es
fiel. Es muy difícil confiar hoy en día a las personas, pero es fácil
confiar en las personas que nos son fieles. Cuando nuestra confianza se pone en
Dios le adoramos y le reconocemos como el Dios fiel.
- Dar nuestro dinero reconoce que Dios es
nuestro proveedor. En este tiempo es difícil ofrendar, es difícil diezmar
cuando la economía va mal, pero es en ese momento, cuando somos capaces de
darle y de hacerlo con alegría que reconocemos que es nuestro proveedor y que
descansamos en Él.
- Dar nuestro tiempo reconoce que Dios es lo
mejor de nuestra vida. Hoy en día el tiempo es lo más valiosos que existe,
solo compartimos nuestro tiempo con aquellos que vale la pena, con quienes lo
merecen. Al tener a Dios como nuestra prioridad lo reconocemos como algo
prioritario en nuestras vidas.
- Dar nuestra vida reconoce la soberanía de
Dios. Dar nuestra vida hace que reconocemos y aceptamos los caminos de
Dios, estamos diciendo que Él es el Señor de nuestra vida y eso es lo que marca
nuestro caminar, aceptamos su soberanía y sus planes.
Dios nos ha
dado tantas cosas y nos las ha dado sin merecerlas, por gracia, ¿no le daremos
nosotros a Él?
AP
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