Marcos 8:1-10 - Déjà Vu



Todo el mundo en nuestra vida hemos sufrido un déjà vu. Este fenómeno no es más que sentir que estás viviendo algo que ya has vivido. Existen muchas teorías y muy variadas de porque se produce este fenómeno en el ser humano, personalmente la más lógica es la que indica que ocurre un pequeño lapsus o retraso a la hora de percibir un estímulo externo y por ello da la sensación de que ante nuestros ojos está apareciendo algo que ya hemos vivido. Es decir un retraso de milésimas de segundo entre lo que nuestros ojos ven y lo que nuestro cerebro procesa, los ojos lo han visto anteriormente  pero nuestro cerebro tarda un poco más en asimilarlo, esto produce la sensación de haber vivido algo que en realidad está produciéndose en ese mismo momento. Esto solo es una explicación, existen muchas otras relacionadas con la parapsicología, premoniciones y profecías extrañas, pero la que parece más natural y lógica es la que se ha explicado en estas líneas.

Los discípulos estaban viviendo una especie de déjà vu, no literalmente ya que esto era real, por segunda vez estaban ante la misma situación y volvieron a responder igual: “Tengo compasión de la multitud porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen que comer… ...Sus discípulos le respondieron: ¿Dónde podrá alguien encontrar lo suficiente para saciar de pan a éstos aquí en el desierto?" Los mismos que dicen esto, ya habían pasado por algo igual, y con unos panecillos y unos peces alimentaron a cinco mil hombres sin contar mujeres y niños, ya deberían saber cuál era la respuesta, pero había una realidad, no habían entendido nada, su crecimiento espiritual se había estancado.

Personalmente me siento muy identificado con estos discípulos, ellos ya habían vivido esta situación, en cambio, en lugar de responder a Jesús con los panes y los peces para que los multiplique, de nuevo surge la pregunta, ¿Cómo les daremos de comer? Cuantas veces vemos personas que están en problemas que ya han pasado y su respuesta es exactamente la misma. Seguro que recuerdas alguna situación, algún problema en que lo pasaste mal y Dios te dio la salida. Si lo volvieses a vivir, o si ya lo has vuelto a vivir, ¿Por qué volver a preguntarle a Jesús si ya conoces el remedio? Esto es estancamiento espiritual.

Nos convertimos en niños, cuando ya deberíamos ser maestros que enseñaran a otros. Somos como el niño que una y otra vez preguntamos a nuestro padre ¿Qué es esto? ¿Cómo hago esto? Somos como los niños que una y otra vez nos tienen que enseñar a sumar cuando deberíamos hacer ecuaciones. Las situaciones que vivimos solo son útiles cuando nos ayudan a crecer y aumentar nuestra fe. No debiéramos acudir a Dios como un niño desvalido, cuando el ya nos ha mostrado el camino anteriormente. ¡Cuántas personas van una y otra vez a Dios pidiendo señal cuando Dios ya se la ha dado anteriormente!

Quizá sientas que se repiten ciertas circunstancias en tu vida, que te superan, que no sabes cómo afrontarlas, pero, ¿Si Dios ya te dio la solución, no deberías saber ya la respuesta? Aún así Dios es paciente con los suyos y sigue enseñándonos una y otra vez, pero nuestra misión es la de ser alumnos aplicados que se esfuerzan, aprenden de las situaciones y cuando vuelven a pasar por las mismas, no tiene que volver a preguntarle al maestro ¿Cómo les daremos de comer? Sino que recogen los panes y los peces, los bendicen y los reparten, sabiendo que Dios los multiplicará como Él hizo anteriormente.

¿Estás sufriendo enfermedad? Recuerda cuando Dios te sanó y confía en Él. ¿Recuerdas cuando no llegabas a final de mes? No olvides que Dios es tu proveedor, no te afanes y confía en Él. ¿Estás sufriendo depresión? Acuérdate cuando buscabas a Dios y Él te levantó. La Biblia está llena de señales y de maneras de superar situaciones que vivimos, solo necesitamos acercarnos a ella, y Dios nos dará lo que necesitamos.


AP

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