Todo el mundo en nuestra vida hemos sufrido un déjà vu. Este
fenómeno no es más que sentir que estás viviendo algo que ya has vivido.
Existen muchas teorías y muy variadas de porque se produce este fenómeno en el
ser humano, personalmente la más lógica es la que indica que ocurre un pequeño
lapsus o retraso a la hora de percibir un estímulo externo y por ello da la
sensación de que ante nuestros ojos está apareciendo algo que ya hemos vivido.
Es decir un retraso de milésimas de segundo entre lo que nuestros ojos ven y lo
que nuestro cerebro procesa, los ojos lo han visto anteriormente pero nuestro cerebro tarda un poco más en
asimilarlo, esto produce la sensación de haber vivido algo que en realidad está
produciéndose en ese mismo momento. Esto solo es una explicación, existen
muchas otras relacionadas con la parapsicología, premoniciones y profecías
extrañas, pero la que parece más natural y lógica es la que se ha explicado en
estas líneas.
Los discípulos estaban viviendo una especie de
déjà vu, no literalmente ya que esto era real, por segunda vez estaban ante la
misma situación y volvieron a responder igual: “Tengo compasión de la multitud porque hace ya tres días que están conmigo
y no tienen que comer… ...Sus discípulos le respondieron: ¿Dónde podrá alguien
encontrar lo suficiente para saciar de pan a éstos aquí en el desierto?"
Los mismos que dicen esto, ya habían pasado por algo igual, y con unos
panecillos y unos peces alimentaron a cinco mil hombres sin contar mujeres y
niños, ya deberían saber cuál era la respuesta, pero había una realidad, no
habían entendido nada, su crecimiento espiritual se había estancado.
Personalmente me
siento muy identificado con estos discípulos, ellos ya habían vivido esta
situación, en cambio, en lugar de responder a Jesús con los panes y los peces
para que los multiplique, de nuevo surge la pregunta, ¿Cómo les daremos de
comer? Cuantas veces vemos personas que están en problemas que ya han pasado y
su respuesta es exactamente la misma. Seguro que recuerdas alguna situación,
algún problema en que lo pasaste mal y Dios te dio la salida. Si lo volvieses a
vivir, o si ya lo has vuelto a vivir, ¿Por qué volver a preguntarle a Jesús si
ya conoces el remedio? Esto es estancamiento espiritual.
Nos convertimos en
niños, cuando ya deberíamos ser maestros que enseñaran a otros. Somos como el
niño que una y otra vez preguntamos a nuestro padre ¿Qué es esto? ¿Cómo hago
esto? Somos como los niños que una y otra vez nos tienen que enseñar a sumar
cuando deberíamos hacer ecuaciones. Las situaciones que vivimos solo son útiles
cuando nos ayudan a crecer y aumentar nuestra fe. No debiéramos acudir a Dios
como un niño desvalido, cuando el ya nos ha mostrado el camino anteriormente. ¡Cuántas
personas van una y otra vez a Dios pidiendo señal cuando Dios ya se la ha dado
anteriormente!
Quizá sientas que se
repiten ciertas circunstancias en tu vida, que te superan, que no sabes cómo afrontarlas,
pero, ¿Si Dios ya te dio la solución, no deberías saber ya la respuesta? Aún
así Dios es paciente con los suyos y sigue enseñándonos una y otra vez, pero nuestra
misión es la de ser alumnos aplicados que se esfuerzan, aprenden de las
situaciones y cuando vuelven a pasar por las mismas, no tiene que volver a
preguntarle al maestro ¿Cómo les daremos de comer? Sino que recogen los panes y
los peces, los bendicen y los reparten, sabiendo que Dios los multiplicará como
Él hizo anteriormente.
¿Estás sufriendo
enfermedad? Recuerda cuando Dios te sanó y confía en Él. ¿Recuerdas cuando no
llegabas a final de mes? No olvides que Dios es tu proveedor, no te afanes y
confía en Él. ¿Estás sufriendo depresión? Acuérdate cuando buscabas a Dios y Él
te levantó. La Biblia está llena de señales y de maneras de superar situaciones
que vivimos, solo necesitamos acercarnos a ella, y Dios nos dará lo que
necesitamos.
AP
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