Hoy en día
la levadura es muy utilizada en nuestro día a día, se utiliza en el pan que
comemos en nuestras comidas, desayunos y cenas. Es un elemento fundamental en
la repostería, sin ella nuestros bizcochos no serían más que una masa compacta
y difícil de digerir y de saborear. La levadura se ha vuelto algo
imprescindible. A simple vista no se ve, pero es un elemento tan poderoso, que únicamente
poniendo un poco en la masa es capaz de cambiar todas sus propiedades y cambiar
su naturaleza.
Jesús tras
una conversación con los fariseos alerta duramente a sus discípulos. “Y Él les encargaba diciendo: ¡Tened
cuidado! Guardaos de la levadura de los fariseos." Era una advertencia
seria y dura que ellos no entendieron y comenzaron a discutir y a pensar si
Jesús no se estaba refiriendo a no haber traído pan. Pero, ¿de qué levadura está
hablando Jesús? “Entonces entendieron
que no les había dicho que se guardaran de la levadura de los panes, sino de la
enseñanza de los fariseos y saduceos”.
¿Existe levadura hoy en día? Sin ninguna duda sí,
como Jesús hablaba no me refiero a la levadura del pan, sino a la levadura de
la enseñanza, para ser más exactos “guardaos
de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía”. Esta es la levadura
que más existe hoy en día. Jesús acusó en muchas ocasiones a los fariseos de
hipócritas, de colar el mosquito y tragar el camello, de decir cosas que no
hacían. La hipocresía no es más que un fingimiento de cualidades o sentimientos
contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
¿Cuánta levadura hay en tu vida? ¿Eres hipócrita como
los fariseos? No es difícil serlo, vivimos en una época en que las apariencias
importan demasiado, donde personas arruinadas siguen conduciendo y vistiendo
como si no lo estuviesen, y esto está totalmente insertado en la iglesia, la
levadura nos ha corrompido, las iglesias están llenas de santurrones el domingo
que durante la semana no hacen nada para seguir a Cristo, que el domingo por la
mañana cogen su cruz y el mismo domingo la dejan aparcada. Personas que
aparentemente son cristianos pero que en su intimidad dan rienda suelta a todo
tipo de placeres y desenfrenos. Esta era la levadura de los fariseos, ¿existe
también en tu vida?
El cristianismo no busca agradar a ningún hombre,
no valora lo que se vive públicamente, aunque bien es cierto que lo público no
es más que una muestra de lo privado. Pero lo que ocurre en nuestro interior,
en nuestra mente, nuestros pensamientos, nuestro corazón, nuestros
sentimientos, en nuestra casa, en nuestra intimidad es lo que realmente marca
al verdadero cristiano. Hay un gran aviso hoy: “guardaos de la levadura” guardaos del pecado. El pecado es capaz
de cambiar todo nuestro ser. “Velad y
orad para que no entréis en tentación” ¿Existe acaso mejor solución contra
la levadura?
AP
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