Marcos 8:1-11 - Cuidado con la levadura

"Y Él les encargaba diciendo: ¡Tened cuidado! Guardaos de la levadura de los fariseos."

Hoy en día la levadura es muy utilizada en nuestro día a día, se utiliza en el pan que comemos en nuestras comidas, desayunos y cenas. Es un elemento fundamental en la repostería, sin ella nuestros bizcochos no serían más que una masa compacta y difícil de digerir y de saborear. La levadura se ha vuelto algo imprescindible. A simple vista no se ve, pero es un elemento tan poderoso, que únicamente poniendo un poco en la masa es capaz de cambiar todas sus propiedades y cambiar su naturaleza.

Jesús tras una conversación con los fariseos alerta duramente a sus discípulos. “Y Él les encargaba diciendo: ¡Tened cuidado! Guardaos de la levadura de los fariseos." Era una advertencia seria y dura que ellos no entendieron y comenzaron a discutir y a pensar si Jesús no se estaba refiriendo a no haber traído pan. Pero, ¿de qué levadura está hablando Jesús? “Entonces entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos”.

¿Existe levadura hoy en día? Sin ninguna duda sí, como Jesús hablaba no me refiero a la levadura del pan, sino a la levadura de la enseñanza, para ser más exactos “guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía”. Esta es la levadura que más existe hoy en día. Jesús acusó en muchas ocasiones a los fariseos de hipócritas, de colar el mosquito y tragar el camello, de decir cosas que no hacían. La hipocresía no es más que un fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.

¿Cuánta levadura hay en tu vida? ¿Eres hipócrita como los fariseos? No es difícil serlo, vivimos en una época en que las apariencias importan demasiado, donde personas arruinadas siguen conduciendo y vistiendo como si no lo estuviesen, y esto está totalmente insertado en la iglesia, la levadura nos ha corrompido, las iglesias están llenas de santurrones el domingo que durante la semana no hacen nada para seguir a Cristo, que el domingo por la mañana cogen su cruz y el mismo domingo la dejan aparcada. Personas que aparentemente son cristianos pero que en su intimidad dan rienda suelta a todo tipo de placeres y desenfrenos. Esta era la levadura de los fariseos, ¿existe también en tu vida?

El cristianismo no busca agradar a ningún hombre, no valora lo que se vive públicamente, aunque bien es cierto que lo público no es más que una muestra de lo privado. Pero lo que ocurre en nuestro interior, en nuestra mente, nuestros pensamientos, nuestro corazón, nuestros sentimientos, en nuestra casa, en nuestra intimidad es lo que realmente marca al verdadero cristiano. Hay un gran aviso hoy: “guardaos de la levadura” guardaos del pecado. El pecado es capaz de cambiar todo nuestro ser. “Velad y orad para que no entréis en tentación” ¿Existe acaso mejor solución contra la levadura?


AP

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