Marcos 8:22-26 - Métodos rudimentarios, resultados excelentes

“Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. Y lo envió a su casa, diciendo: entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.”

Una de las mejores cámaras que puedes conseguir hoy en día puede venir con una buena lente para enfocar los objetos con buena precisión. Puede venir con un sensor de fotones muy bueno y una apertura bastante buena. Podría ser de alta resolución, de aproximadamente 24 mega-pixeles. En comparación, el ojo humano tiene la retina, la córnea y el iris que controlan la absorción de fotones, apertura, la exposición, e incluso puede percibir hasta 576 mega-píxeles. Y es que la precisión con la que trabaja el cuerpo humano es casi imposible de superar, por mucho dinero que te puedas gastar, y solamente alguien que lo conoce puede arreglarlo perfectamente utilizando las mejores técnicas.

En el caso del ciego que vemos aquí, Jesús uso unos métodos algo rudimentarios por así decirlo, pero fue un método que este hombre pudo entender y sentir. Primero Jesús le guio de la mano hasta fuera de la ciudad, luego continuo poniendo saliva en sus ojos y colocando sus manos sobre él. En todo esto podemos ver el acercamiento y la intimidad con la que Jesús estaba tratando a este hombre. “Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo.”

Muchas veces le pedimos Dios que nos ayude con nuestros problemas, con nuestras enfermedades, y queremos que el actúe rápido de la forma que queremos nosotros, pero como vemos aquí, Dios no siempre actúa de la misma forma aunque sea el mismo problema, sino que con cada persona actúa de una manera distinta, pero siempre acercándose a nosotros con el amor que solamente él sabe dar.

Lo que sí que es seguro es que cuando pedimos algo a Dios, él siempre va a estar escuchando y no va a tener ningún reparo en cogernos de nuestra mano, apartarnos de lo que nos preocupa y tratar con nosotros, quizás de una manera que no entendamos en el momento, pero si pudiendo sentir que su mano está con nosotros y sabiendo y confiando en que el creador de todo está trabajando en el problema.

Quizás estés pasando un tiempo de problemas y dificultades, y le has pedido a Dios que el actúe y te ayude pero aun no has recibido la respuesta que tu esperabas, déjame decirte que no hay nada que se escape del control de Dios y que él va a hacer su perfecta voluntad. “Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye.”


DP

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