“¡Cuán
bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se
detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los
escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y
en su ley medita de día y de noche!”
Es
increíble lo rápido que puede llegar a funcionar la mente humana, el periodista
británico Mike Holderness ha hecho público que al día tenemos 70.000
pensamientos y que la mente humana tiene 80.000.000.000.000 de ideas, lo
cual es simplemente una barbaridad. Por supuesto en todo esto por nuestras
mentes pasan cosas buenas, cosas ni buenas ni malas, y cosas malas, me
atrevería a decir, aunque obviamente no tengo ningún estudio al respecto, que
las malas superan en gran medida a las buenas, al fin y al cabo nos encanta
hacer lo malo.
Estos
números tan bestiales, en realidad, no es algo nuevo, no lo hemos inventado en
la actualidad, ya se conocía esta tendencia en el pasado, por eso escribe el
salmista “¡Cuán bienaventurado es el
hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino
de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que
en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y
de noche!” En otras palabras, que feliz es aquel que en lugar de llenar su
mente de maldad, de malos consejos o de crítica, la llena con la ley de Dios. Y
no solo leyendo la Biblia, sino meditando en ella.
Este fue el origen de este blog,
me conformaba con leer la Biblia, conocía de ella, pero no impactaba mi vida,
era un ritual aburrido, este blog no fue sino la excusa para empezar a meditar
en ella, para que la ley de mi Señor se convirtiese en mi deleite, y es verdad ha
habido días que no tenía ganas de escribir, pero al meditar, volvía a tener las
fuerzas.
Nuestra mente, nuestro corazón de
lo que se llena es de lo que entra por nuestros ojos y nuestros oídos, la clave
de la felicidad esta en deleitarnos con la Biblia, de que ella llene nuestra
mente, que cambie nuestras ideas, que nos aparte de nuestros malos caminos.
Reflexionar sobre cualquier libro puede ayudarte en situaciones, pero cuando
reflexionamos sobre la Biblia nos da vida, no es mero conocimiento, de nuevo de
la fuente de nuestro interior empieza a correr el agua viva del cielo.
Este es el mayor regalo, cada día
recibimos consejos de impíos, caminamos con pecadores, nos sentamos con los que
critican y tantas veces llenamos nuestras mentes de estas cosas y caemos en los
mismos errores que ellos, pero la Biblia nos regala la verdadera sabiduría “porque el principio de la sabiduría es el
temor de Dios.” Nos habla de un Dios amoroso y justo, de un Dios que todo
lo sabe, al que no se le puede esconder nada y tiene poder para hacer lo que
quiera, un Dios que gobierna con autoridad y soberanía. ¿Acaso hay mayor regalo
que un libro que llena nuestra mente de todas estas cosas? Que la Biblia sea
nuestro deleite, que sea nuestro placer y nuestra meditación de día y de noche.
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