Salmo 12 - Solamente mentira


“Falsedad habla cada uno con su prójimo; hablan con labios lisonjeros y con doblez de corazón.”

El poeta y pensador estadounidense Emerson escribió: “Al que juró hasta que ya nadie confió en él; mintió tanto que ya nadie le cree; y pide prestado sin que nadie le dé; le conviene irse a donde nadie lo conozca.” Cuantas personas mienten en nuestros días, podemos afirmar que todos, en algún momento hemos mentido, cada día lo hacemos. Exageramos la realidad, mentimos para librarnos de algún problema, engañamos cuando nos dan mal el cambio. Esta es una sociedad de las mentiras, con el maestro de las mentiras como jefe, Satanás.

Aunque esta es una realidad clara, no solo ocurre en nuestros tiempos, es algo que ha ocurrido desde el principio, al fin y al cabo por una mentira el pecado llegó a la humanidad. Por eso escribe el salmista “Falsedad habla cada uno con su prójimo; hablan con labios lisonjeros y con doblez de corazón”. Que duro es que nos mientan, pero que fácil es mentir a los demás, y una mentira normalmente nos lleva a otra y así hasta que nos hemos metido en un buen jardín.

La Biblia advierte de una manera muy clara acerca de la mentira y siempre en contra, la tenemos en uno de los diez mandamientos “no darás falso testimonio contra tu prójimo”, nos anima a preservarnos “guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño”, produce aborrecimiento hacia Dios “Los labios mentirosos son abominación al Señor, pero los que obran fielmente son su deleite”, nos avisa de la importancia de que no es posible hablar verdad y hablar mentira “¿Acaso una fuente por la misma abertura echad agua dulce y amarga?”

Para Dios este es un tema importante y nos debe exhortar a no ser personas mentirosa, sino todo lo contrario, personas que “por lo cual, dejada la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros”. Necesitamos hablarnos con verdad pero siempre con amor, cuando fallamos reconociendo nuestro error, cuando debemos confrontar a alguien, llevándole a Cristo con verdad y con amor. ¿Acaso no hizo eso el Espíritu Santo con nosotros? Nos mostró nuestro pecado y a la vez el amor de Dios nos inundó. Roguemos a Dios que sea Él quien nos ayude a ser personas que aborrezcan la mentira y hablemos la verdad en amor.


AP

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