Salmo 19 - Todo me recuerda a ti


Los cielos proclaman la gloria de Dios, y la expansión anuncia la obra de sus manos. Un día transmite el mensaje a otro día, y una noche a la otra noche revela sabiduría. No hay mensaje, no hay palabras; no se oye su voz. Mas por toda la tierra salió su voz, y hasta los confines del mundo sus palabras. En ellos puso una tienda para el sol, y éste, como un esposo que sale de su alcoba se regocija cual hombre fuerte al correr su carrera. De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta el otro extremo de ellos; y nada hay que se esconda a su calor.”

Las películas de amor americanas sobretodo han hecho mucho daño en cuanto a la visión del amor que existe. Han llegado a idealizar tanto la situación, que todo lo parecido a lo que nos ofrecen en la realidad no es más que un sueño. Si esto lo han hecho en cuanto a las historias de amor, exactamente lo mismo ha ocurrido con las rupturas, personas destrozadas porque el amor de su vida le ha abandonado Junto a esto la patética escena en que todo recuerda a la persona amada, aquel calcetín en el suelo, una palabra que le caracterizaba, la canción preferida de cuando estaban enamorados, etc. Cuantas veces hemos oído la frase “es que todo me recuerda a ella”. Todo se debe al amor idealizado y falso.

Pero, ¿Es posible que este amor exista realmente? ¿Será verdad que hay personas que cuando ven algo les recuerda a otras y cambian su ánimo? Sin ninguna duda, pero no se trata de una personas física, sino que hay tantas cosas que nos recuerdan a Dios “Los cielos proclaman la gloria de Dios, y la expansión anuncia la obra de sus manos. Un día transmite el mensaje a otro día, y una noche a la otra noche revela sabiduría. No hay mensaje, no hay palabras; no se oye su voz. Mas por toda la tierra salió su voz, y hasta los confines del mundo sus palabras. En ellos puso una tienda para el sol, y éste, como un esposo que sale de su alcoba se regocija cual hombre fuerte al correr su carrera. De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta el otro extremo de ellos; y nada hay que se esconda a su calor.”

Todo lo que existe recuerda a Dios, el mar recuerda a Dios, el cielo recuerda a Dios, los animales recuerdan a Dios. Si un cuadro de Van Gogh nada más verlo nos recuerda a aquel genio Holandés, si la quinta sinfonía nada más oírlos los primeros acordes nos recuerda a Beethoven, si al ver el simbolito de la manzana rápidamente recodamos a Steve Jobs, como no vamos a reconocer al diseñador y creador de todo lo que existe, cuando observamos el mar, el cielo, las nubes, los animales, los árboles, etc.

“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles o invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él.” Y si esto es así, también tiene un propósito “Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén”. Todo lo que existe nos recuerda a Dios, porque todo fue creado para darle la gloria a Él. Así que no tenemos motivos para no alabarle, sino que todo lo que nos rodea debiera llevar a nuestra alma a una alabanza sincera hacia Dios.

AP

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