“Algunos confían en
carros, y otros en caballos; mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios
confiaremos.”
Confianza, algo difícil de ganar
y muy fácil de perder, todos hemos confiado alguna vez en una persona y nos ha
fallado, eso ha hecho que nuestra confianza descienda o incluso la hemos podido
perder. Igualmente en algún momento si somos sinceros hemos faltado a nuestro
compromiso y hemos hecho añicos la confianza que habían depositado en nosotros.
Confiar, se puede confiar en muchas cosas, en personas, en política, en
deporte, en tecnología, en coches, en ordenadores. La fiabilidad es un aspecto importantísimo
hoy en día, lo es para comprar un coche, lo es para comprar un electrodoméstico
y lo es sobre todo para entregar nuestro corazón abierto y desnudo.
Lo cierto es que todos
necesitamos confiar en algo o en alguien. Cuanta gente confía en el dinero,
cuanta gente confía tanto en su teléfono móvil que sin él sería imposible
vivir, cuantas personas confían en sus maridos, sus mujeres, sus hijos, etc. “algunos confían en carros, y otros en
caballos; mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos.” Este
es el único que es 100% fiable, que nunca falla.
¿Quieres seguridad y fiabilidad? La
solución no está en los coches japoneses, la verdadera seguridad está en Jesús.
Por eso la Biblia afirma “maldito el
hombre que en el hombre confía y hace de la carne su fortaleza, y del Señor
aparta su corazón.” Pobre de aquel que confíe en otra persona, porque
acabará traicionando su confianza, en cambio solo Dios puede decirnos y
consolarnos y decirnos “echando toda
vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.” En otras
palabras, puedes dejar todo en las manos de Jesús. Él cuidará de nosotros.
Mientras yo puedo fallar y
mentir, no sucede así con Dios, “Dios no
es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha
dicho él, y no lo hará¿ ¿Ha hablado, y no lo cumplirá?” “Pues tantas como sean
las promesas de Dios, en él todas son sí, por eso también por medio de Él,
Amén, para la gloria por medio de nosotros.” Deja de confiar en tus fuerzas
o en lo que estés confiando y proclama que otros confiaran en muchas cosas, “mas nosotros en el nombre del Señor
nuestro Dios confiaremos.”
AP
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