“El Señor es mi pastor,
nada me falta, en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me
conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor de
su nombre. Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú
estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta.”
Si tuviésemos que decidir cuál es
el animal más tonto que existe, sin ninguna duda sería la oveja, incapaz de
defenderse por sí misma, cae una y otra vez en las mismas trampas, inútil sin
un pastor que le guíe. Son testarudas y necesitan ir acompañadas de otras
ovejas, solas no sirven ni se pueden valer para nada. No es extraño por lo
tanto que la biblia nos compare con ovejas, porque en el caminar de la vida,
somos exactamente iguales.
Al enfrentarnos con el Salmo 23
nos encontramos la mejor definición de la relación entre una oveja y su pastor
y de nosotros con Jesús “El Señor es mi
pastor, nada me falta, en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas
aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por
amor de su nombre. Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno
porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta.”
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El pastor
nos sustenta. Nuestro Señor, es el pastor de los pastores, Él es el que
tiene cuidado de nosotros, y teniéndole como pastor, Él suplirá todas nuestras
necesidades, solo él es quien hace realidad que podamos decir que nada nos
falta, en Él encontramos la plenitud y la llenura; es nuestro sustento.
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El pastor
nos da descanso. “En paz me acostaré
y así mismo dormiré, porque solo tu Señor me haces vivir confiado, amén.” Qué
difícil es dormir por las noches existiendo tantos lobos que nos quieren devorar,
pero saber que el pastor nos cuida, nos da el descanso en prados verdes, donde
no hay preocupaciones, simplemente confianza de nuestro pastor.
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El pastor
sacia nuestra sed. Existen muchos tipos de agua, e agua de la fama, el agua
de la popularidad, de los placeres, del sexo, del dinero, aguas apetecibles
pero que tarde o temprano se vuelven aguas peligrosas, en cambio nuestro pastor
es capaz de saciar nuestra sed con sus aguas tranquilas, en ellas es donde Él
nos conduce “pero el que beba del agua
que yo le daré, no tendrá sed jamás.”
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El pastor
nos dará fuerzas nuevas. A veces creemos que nuestras fuerzas sin
ilimitadas, que podemos contado, pero realmente no es así, las ovejas nos
cansamos, nuestras fuerzas son más bien pocas, el viento y la lluvia nos
desgastan, pero “Él da esfuerzo al
cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.”
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El pastor
nos lleva por las buenas sendas. Las ovejas suelen perderse con mucha
facilidad, tienen un sentido de la orientación pésimo, al igual que nosotros
tantas veces nos descarriamos del camino angosto y estrecho, pero Dios nos
lleva de vuelta a sus sendas justas, todo porque Él se ama a si mismo por
encima de todas las cosas.
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El pastor
nos quita el temor. Las ovejas tienen miedo de muchas, cosas, y sin duda
cruzar un valle oscuro y peligroso es motivo más que suficiente para que estén atemorizadas,
pero podemos estar tranquilos cuando en la vida cruzamos estos valles oscuros,
porque Él está con nosotros.
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El pastor
nos golpea con la vara. Las ovejas necesitan muchas veces ser golpeadas debido
a su testarudez, como nosotros, tantas veces nos encabezonamos que Dios tiene
que golpearnos para que volvamos al redil, son golpes que duelen, pero son
golpes de amor.
Las ovejas siguen a su pastor por medio de la voz, nosotros
un día escuchamos la voz del Dios y eso nos hizo seguirle “mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; y yo les doy
vida entera; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.” El
pastor de los pastores nos protege y nos asegura vida eterna. ¿No es
maravilloso ser el animal más tonto que existe?
AP
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