Salmo 25 - ¿Derecha o izquierda?


“Señor, muéstrame tus caminos, y enséñame tus sendas. Guíame en tu verdad y enséñame, porque Tú eres el Dios de mi salvación; en ti espero todo el día.”

Hay algo que un hombre solamente hará cuando esté realmente desesperado, algo que se negará a reconocer y que pondrá mil excusas antes de hacer algo al respecto, se esforzará por solucionarlo por si mismo e intentar demostrar que todo va bien, un hombre nunca reconoce en un viaje que se ha perdido, y si lo hace es que su desesperación es máxima. Mientras que una mujer no dudaría en parar y preguntar, un hombre hará todo lo posible para demostrar seguridad y firmeza, se esforzará en demostrar que esta todo bajo control y cuando llegue el momento de desesperación y de presión máxima por las frases “nos hemos perdido, ¿verdad?” de la familia que le acompaña, solo en ese momento dejará su orgullo a un lado y contra su voluntad bajará la ventanilla y preguntara como se llega al destino. Hay que reconocer que los GPS han sido un buen invento para los hombres, las perdidas en el viaje ya no son culpa del mal sentido de la orientación, sino que el GPS ha fallado y nos ha llevado por donde no debíamos ir.

Si esto ocurre en un viaje más o menos largo, cuanto más no ocurrirá en el viaje de la vida, no solo porque nos perdemos, sino más bien porque ¿Acaso conocemos nuestro destino? Por eso necesitamos decir “Señor, muéstrame tus caminos, y enséñame tus sendas. Guíame en tu verdad y enséñame, porque Tú eres el Dios de mi salvación; en ti espero todo el día.” ¡Sí, sabemos dónde vamos! ¡Vamos de camino al cielo! ¡Pero es tan largo y tortuoso! ¡Tan difícil de perderse!

En el camino de la vida nos encanta tomar la iniciativa, nosotros decidimos todo, decidimos nuestros estudios, la universidad a la que iremos, el trabajo que deseamos, la mujer o el marido con el que nos casaremos, el coche que vamos a conducir, la ciudad donde nos compraremos una casa, la realidad es que en los treinta primeros años de nuestra vida tomamos las decisiones que marcarán el resto de años, y sin duda es la época en la que menos nos gusta que nos digan si tenemos que ir a derecha o izquierda, queremos tomar nuestras propias decisiones.

“Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte.” No todos los caminos que cogemos llevan a Roma, no todos los caminos son buenos, son encabezonamos en tomar nuestros caminos y nuestras decisiones, pero no siempre tendrán un buen destino. ¿Cómo entonces podemos saber si ir a derecha o izquierda? ¿Cómo podemos saber que decisiones tomar? Esperando en Dios y buscando en Él la respuesta. Rogándole en oración que Él sea el que nos muestre el camino a tomar, leyendo la Biblia y rogando que nos ilumine para entenderla y saber ver sus consejos. Si realmente Él es el Dios de nuestra salvación, ¿podremos dudar de Él? “Encomienda al Señor tu camino, confía en Él, que el actuará.” No te apresures, espera sus noticias. Dios es el único GPS para llegar al cielo.


AP

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