Salmo 28 - Siestas divinas


“A ti clamo, oh Señor; roca mía, no seas sordo para conmigo, no sea que si guardas silencio hacia mí, venga a ser semejante a los que descienden a la fosa.”

La tradición española más importante y que seguramente más seguidores tenga es la siesta. La siesta es un placer, poder, después de comer, mientras ves una película echar una cabezadita de 20 o 30 minutos es raramente reconfortante. Es un periodo de tiempo pequeño pero en el que por algún extraño motivo es suficiente para recargar baterías para el resto del día. Personalmente siempre ha sido más beneficioso dormir 20 o 30 minutos que dos o tres horas, al dormir tanto tiempo mi cuerpo se levantaba destrozado, cansadísimo, en cambio cuando dormía poco la cosa era bien distinta.

¿Existen las siestas divinas? Sin duda, hay veces que Dios calla y parece que está dormido. Seguro que todos hemos experimentado esta situación “A ti clamo, oh Señor; roca mía, no seas sordo para conmigo, no sea que si guardas silencio hacia mí, venga a ser semejante a los que descienden a la fosa.” El silencio de Dios, cuando duerme la siesta, es una situación difícil, pero con propósito, ya que nos ayuda a crecer. Veamos tres beneficios de estas siestas divinas.

-          Nos da conocimiento de Dios. Cuando Dios calla hace que le conozcamos más. Recuerda a los discípulos en la barca en medio de la tormenta. Jesús duerme, está echando una siesta, pero al despertar con unas palabras detiene al viento, la reacción de los discípulos es decir “¿Quié, pues, es éste que aun el viento y el mar le obedecen?” Poder admirar el poder de Dios después de su siesta produce admiración y un mayor conocimiento de quien es Él.

-          Nos enseña a pedir. Esta semana leí una frase en twitter que me llamó la atención, decía “el corazón de la oración es la petición debido a la humildad que produce en el suplicante. Si produce codicia o arrogancia no es oración.” A veces que Dios duerma la siesta porque estamos pidiendo codiciosamente nos llevará a darnos cuenta de la necesidad de humildad que tenemos. Solo las peticiones conforme a la voluntad de Dios verán respuesta.

-          Nunca son demasiado largas. Las siestas de Dios, aunque puedan parecernos eternas, aunque parezca que Dios no se acuerda de nosotros, nunca son suficientemente largas, siempre hay una salida y una respuesta divina. “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla.”

Nuestro clamor despierta a Dios de su silencio en ocasiones, en otras en cambio, Dios continua callando hasta que produce en nosotros su propósito, pero hay una verdad, Dios siempre es fiel y para siempre es su misericordia. ¿No es esto maravilloso?

AP

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