“A ti clamo, oh Señor;
roca mía, no seas sordo para conmigo, no sea que si guardas silencio hacia mí,
venga a ser semejante a los que descienden a la fosa.”
La tradición española más
importante y que seguramente más seguidores tenga es la siesta. La siesta es un
placer, poder, después de comer, mientras ves una película echar una cabezadita
de 20 o 30 minutos es raramente reconfortante. Es un periodo de tiempo pequeño
pero en el que por algún extraño motivo es suficiente para recargar baterías
para el resto del día. Personalmente siempre ha sido más beneficioso dormir 20
o 30 minutos que dos o tres horas, al dormir tanto tiempo mi cuerpo se levantaba
destrozado, cansadísimo, en cambio cuando dormía poco la cosa era bien
distinta.
¿Existen las siestas divinas? Sin
duda, hay veces que Dios calla y parece que está dormido. Seguro que todos
hemos experimentado esta situación “A ti
clamo, oh Señor; roca mía, no seas sordo para conmigo, no sea que si guardas
silencio hacia mí, venga a ser semejante a los que descienden a la fosa.” El
silencio de Dios, cuando duerme la siesta, es una situación difícil, pero con
propósito, ya que nos ayuda a crecer. Veamos tres beneficios de estas siestas
divinas.
-
Nos da
conocimiento de Dios. Cuando Dios calla hace que le conozcamos más.
Recuerda a los discípulos en la barca en medio de la tormenta. Jesús duerme,
está echando una siesta, pero al despertar con unas palabras detiene al viento,
la reacción de los discípulos es decir “¿Quié,
pues, es éste que aun el viento y el mar le obedecen?” Poder admirar el
poder de Dios después de su siesta produce admiración y un mayor conocimiento
de quien es Él.
-
Nos
enseña a pedir. Esta semana leí una frase en twitter que me llamó la
atención, decía “el corazón de la oración
es la petición debido a la humildad que produce en el suplicante. Si produce
codicia o arrogancia no es oración.” A veces que Dios duerma la siesta
porque estamos pidiendo codiciosamente nos llevará a darnos cuenta de la
necesidad de humildad que tenemos. Solo las peticiones conforme a la voluntad
de Dios verán respuesta.
-
Nunca son
demasiado largas. Las siestas de Dios, aunque puedan parecernos eternas,
aunque parezca que Dios no se acuerda de nosotros, nunca son suficientemente
largas, siempre hay una salida y una respuesta divina. “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres;
y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que
podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a
fin de que podáis resistirla.”
Nuestro clamor despierta a Dios
de su silencio en ocasiones, en otras en cambio, Dios continua callando hasta
que produce en nosotros su propósito, pero hay una verdad, Dios siempre es fiel
y para siempre es su misericordia. ¿No es esto maravilloso?
AP
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