“La salvación es del Señor ¡Sea sobre tu
pueblo tu bendición!”
Definitivamente
se han puesto de moda los superhéroes en la televisión y el cine y es algo que
me encanta, recientemente hemos podido disfrutar de la trilogía de Batman, de
películas de Superman, Thor, Capitán América, Iron Man, la pasada semana la
nueva película de los Vengadores, series de televisión como Arrow o the Flash
muestran el interés de la sociedad sobre este género.
En realidad
es algo lógico, a todos nos gusta que nos den esperanzas, y sin ninguna duda
estos héroes la dan luchando contra los villanos que quieren destruir ciudades
y hasta el mundo, ellos son la salvación del ser humano y no pararán hasta
lograrlo aunque con ello tengan que sacrificar sus vidas. Todo esto recuerda
mucho a otra cosa, “La salvación es del
Señor ¡Sea sobre tu pueblo tu bendición!”
La lucha del bien contra el mal,
el gran tema de toda la historia, en realidad desde antes incluso de que
nosotros existiésemos ya llegó ese momento, Satanás rebelándose contra Dios. El
ser humano retando a Dios tras pecar, y a lo largo de toda la historia la lucha
entre el ejército del cielo con Jesús a la cabeza y las huestes del diablo, una
lucha encarnizada, con el ser humano como destino de los ataques del mal.
Ante esto se necesitaba alguien
que salvara a la raza humana, alguien que si era necesario se entregara,
alguien que diese la victoria a los buenos, y por los buenos no me refiero
precisamente al ser humano, y entonces apareció el mayor Superhéroe que ha
existido en la historia, nació como un bebé, creció y acabó muriendo en una
cruz, no ofreció una batalla violenta, su batalla era de amor hacia el enemigo,
no buscó salir en las noticias porque iba a librar una batalla, salió porque lo
crucificaron como si fuese un malhechor. No fue un superhéroe al uso, fue un
antihéroe, no se podría hacer una película de acción sobre Él. Ningún niño se
compraría un disfraz de Jesús en la cruz, pero fue el acto heroico más grande que
ha existido en la humanidad.
Y esta es la salvación, esperamos
mucho de superhombres, desearíamos que Superman apareciera y metiese a todos
los malos entre rejas, pero ahí no está nuestra salvación, no es nuestro
socorro, “mi socorro viene del Señor,
que hizo los cielos y la tierra”. Este es nuestro Héroe, el que fue
desechado, y con Él la bendición para nosotros y por eso podemos decir “La salvación es del Señor ¡Sea sobre tu
pueblo tu bendición!”.
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