Salmo 3 - El mayor Superhéroe


 “La salvación es del Señor ¡Sea sobre tu pueblo tu bendición!”
Definitivamente se han puesto de moda los superhéroes en la televisión y el cine y es algo que me encanta, recientemente hemos podido disfrutar de la trilogía de Batman, de películas de Superman, Thor, Capitán América, Iron Man, la pasada semana la nueva película de los Vengadores, series de televisión como Arrow o the Flash muestran el interés de la sociedad sobre este género.

En realidad es algo lógico, a todos nos gusta que nos den esperanzas, y sin ninguna duda estos héroes la dan luchando contra los villanos que quieren destruir ciudades y hasta el mundo, ellos son la salvación del ser humano y no pararán hasta lograrlo aunque con ello tengan que sacrificar sus vidas. Todo esto recuerda mucho a otra cosa, “La salvación es del Señor ¡Sea sobre tu pueblo tu bendición!”

La lucha del bien contra el mal, el gran tema de toda la historia, en realidad desde antes incluso de que nosotros existiésemos ya llegó ese momento, Satanás rebelándose contra Dios. El ser humano retando a Dios tras pecar, y a lo largo de toda la historia la lucha entre el ejército del cielo con Jesús a la cabeza y las huestes del diablo, una lucha encarnizada, con el ser humano como destino de los ataques del mal.

Ante esto se necesitaba alguien que salvara a la raza humana, alguien que si era necesario se entregara, alguien que diese la victoria a los buenos, y por los buenos no me refiero precisamente al ser humano, y entonces apareció el mayor Superhéroe que ha existido en la historia, nació como un bebé, creció y acabó muriendo en una cruz, no ofreció una batalla violenta, su batalla era de amor hacia el enemigo, no buscó salir en las noticias porque iba a librar una batalla, salió porque lo crucificaron como si fuese un malhechor. No fue un superhéroe al uso, fue un antihéroe, no se podría hacer una película de acción sobre Él. Ningún niño se compraría un disfraz de Jesús en la cruz, pero fue el acto heroico más grande que ha existido en la humanidad. 


Y esta es la salvación, esperamos mucho de superhombres, desearíamos que Superman apareciera y metiese a todos los malos entre rejas, pero ahí no está nuestra salvación, no es nuestro socorro, “mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra”. Este es nuestro Héroe, el que fue desechado, y con Él la bendición para nosotros y por eso podemos decir “La salvación es del Señor ¡Sea sobre tu pueblo tu bendición!”.

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