Jueces 12 - Una vida sencilla


Después de él juzgó a Israel Elón, el zabulonita, quien juzgó a Israel diez años. Murió Elón, el zabulonita, y fue sepultado en Ajalón, en la tierra de Zabulón.”

Charles Dudley Warner fue un escritor americano que pronunció una curiosa frase, “la sencillez consiste en hacer el viaje por la vida, solo con el equipaje necesario.” Creo que desde este punto de vista hacemos el viaje de la vida demasiado cargados de cosas, el materialismo de la sociedad nos invita a que así sea, a que busquemos alcanzar el máximo de cosas, a tener vidas plenas, pero en cambio ¿no es un regalo la sencillez? Sin ninguna duda sí.

La vida de Elón debió ser una vida con el equipaje necesario, se nos dice “Después de él juzgó a Israel Elón, el zabulonita, quien juzgó a Israel diez años. Murió Elón, el zabulonita, y fue sepultado en Ajalón, en la tierra de Zabulón.” Un hombre al que Dios escogió y que lo único que se conoce de él fue que durante diez años Dios lo escogió como juez para su pueblo.

¿No es esto increíble? ¿Haría Elón cosas buenas? Seguro que sí, al fin y al cabo fue escogido por Dios para su plan, fue un instrumento en las manos de Dios, pero poco se sabe de él, por no decir nada. Dios ama la sencillez, los discípulos eran personas sencillas, tantos escogidos por Dios como Moisés, David, Elías, Eliseo, no eran gobernadores ni famosos cuando Jesús los llama, eran personas sencillas.

Que diferencia tan grande con lo que tenemos hoy en día en nuestro mundo. Internet ensalza a tantos que debieran ser sencillos, los cristianos exaltamos a tantos que visten trajes caros y que llenan iglesias, y sin darnos cuenta despreciamos a aquellos que durante toda su vida han servido a Dios como pastores, ancianos, diáconos, predicadores, pero que su único pecado ha sido ser discretos y sencillos. ¿No debiéramos ser nosotros así? ¿No ama Dios a los sencillos? “Quién subirá al monte del Señor? ¿y quién podrá estar en su lugar santo? El de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni jurado con engaño.” Esto es sencillez, oremos para que Dios nos ayude a ser siervos simples, de los que quizá nadie recuerde, pero que a nuestra muerte sepamos que hicimos lo correcto de una manera sencilla.

AP

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