“Pues he aquí,
concebirás y darás a luz un hijo; no pasará navaja sobre su cabeza, porque el
niño será nazareo para Dios desde el seno materno; y él comenzará a salvar a
Israel de manos de los filisteos.”
Cualquier persona que lo desee no
puede ser boina verde, el soldado que quiera formar parte de este grupo de
élite dentro del ejército debe cumplir unos requisitos. El primero ser un
hombre de entre 20 y 30 años, deberá cumplir nueve semanas de entrenamiento
básico del ejército y cuatro semanas más del entrenamiento avanzado de
infantería. Deberá realizar un curso de tres semanas para saltar en paracaídas,
donde finalizará la formación con un salto en solitario. Después de esto
realizará un curso de preparación de operaciones de 30 días, en este será entrenado
físicamente y preparado para la navegación terrestre. Todo esto solamente es la
formación, ahora llega el curso de 24 días de supervivencia. Tras esto, deberá
pasar 13 semanas en competencias individuales, aprendizaje de idiomas, supervivencia,
uso de armas pequeñas, etc. Por último la supervivencia constará de escape,
resistencia, evasión y un curso específico. Sin ninguna duda, solo algunas
personas especiales podrán formar parte de este cuerpo de élite.
Igual que el ejército tiene algunas
personas especiales para misiones especiales, hay momentos que parecen
desesperados en que Dios también escoge
algunas personas especiales “pues he
aquí, concebirás y darás a luz un hijo; no pasará navaja sobre su cabeza,
porque el niño será nazareo para Dios desde su seno materno; y él comenzará a
salvar a Israel de manos de los filisteos.” Este hombre iba a tener que
vivir una vida sacrificada para poder servir a Dios. Veamos como su vida es
aplicable a nosotros.
- No debía
pasar navaja sobre su cabeza: Este era el símbolo externo de que un hombre
había dedicado su vida a Dios. Hoy en día aquellos que quieran servir a Dios,
obviamente no necesitan dejarse el pelo largo, pero sí que su actitud y su
comportamiento deben ser destinados a que Dios reciba toda la gloria en todo
momento. “Ya sea que comáis o bebáis, o
hagáis cualquier otra cosa, hacedla como para el Señor.”
- No debía
beber vino ni el fruto de la vid: ¿Nos está diciendo aquí que no podemos
beber vino? Claramente no. Pero sí que podemos ver que el vino es el símbolo del
desenfreno y de la pasión de la vida, de las borracheras, ante esto Pablo dio
un consejo que debiéramos seguir “No os
embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución, sino sed llenos del Espíritu.”
-
No debía
comer alimento inmundo: Hay un dicho popular que dice: “somos lo que comemos”
y sin ninguna duda tiene toda la razón, esto se amplifica cuando hablamos de
comida espiritual. Al igual que los nazareos, estamos llamados a no comer
alimentos inmundos espiritualmente. Debemos vigilar con lo que alimentamos a
nuestro espíritu, lo que vemos y lo que oímos marcarán nuestra salud
espiritual.
AP
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