Jueces 15 - Agua saciadora


“Después sintió una gran sed, y clamando al Señor, dijo: Tú has dado esta gran liberación por mano de tu siervo, y ahora ¿moriré yo de sed y caeré en manos de los incircuncisos? Y abrió Dios la cuenca que está en Lehi y salió agua de ella. Cuando bebió, recobró sus fuerzas y se reanimó. Por eso llamó a aquel lugar En-hacore, el cual está en Lehi hasta el día de hoy.”

Ahora que llega el verano no hay nada mejor que un buen vaso de agua fría al llegar a casa de hacer cualquier cosa. El calor, las altas temperaturas, el sudor, todo esto nos debilita y nos obliga a hidratarnos y a alimentarnos para recuperar las fuerzas. Y para esto nada mejor que el agua fría y algo fresco. Esto es realmente importante que lo hagamos, sino podemos sufrir bajadas de azúcar, de tensión o algún desfallecimiento.

Pero no solo el calor nos hace tener sed, el trabajo y el esfuerzo físico también nos deja sedientos, tal y como le pasó a Sansón, “después sintió una gran sed, y clamando al Señor, dijo: Tú has dado esta gran liberación por mano de tu siervo, y ahora ¿moriré yo de sed y caeré en manos de los incircuncisos? Y abrió Dios la cuenca que está en Lehi y salió agua de ella. Cuando bebió, recobró sus fuerzas y se reanimó. Por eso llamó a aquel lugar En-hacore, el cual está en Lehi hasta el día de hoy.”

Que importante es la hidratación y cuantas veces quedamos sedientos en nuestras vidas, cuando el trabajo, el calor de los problemas, las fuerzas nos fallan y necesitamos hidratarnos. Pero, ¿Qué agua bebemos para hacerlo? ¿A dónde vamos a beber? Tristemente muchas veces buscamos la fuente en el lugar equivocado, tomamos agua de este mundo la cual no solo no nos quita la sed, sino que nos da más aún. La televisión, el ocio, los amigos, la familia, el trabajo, bebemos de tantos sitios que olvidamos que hay un agua mejor “respondió Jesús y le dijo: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed. Pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.” ¡Esto sí que es agua fresca!

Es una pena que ofreciéndonos Jesús algo tan grande nos conformemos con tan poco, que teniendo agua que sacia, nos conformemos con agua de baja calidad, que sacia durante un poco de tiempo pero que pronto desaparece. Hoy Dios nos ofrece un agua que sacia de verdad, agua divina, busca a Dios, ora, lee la Biblia, habla con Dios, vacía tu depósito de agua del mundo y pide a Dios que te dé una fuente de agua viva, que te refresque en los problemas, que te hidrate después de un día de trabajo. ¿Hay algo mejor que esto?


AP

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