"Pero su concubina cometió adulterio contra él, y ella se fue de su lado, a la casa de su padre en Belén de Judá, y estuvo allí por espacio de cuatro meses. Su marido se levantó y fue tras ella para hablarle cariñosamente y hacerla volver, llevando consigo a su criado y un par de asnos. Y ella lo llevó dentro de la casa de su padre, y cuando el padre de la joven lo vio, se alegró de conocerlo... ...Pero el hombre no quiso pasar la noche, así que se levantó y partió, y fue hasta un lugar frente a Jebús, es decir, Jerusalén. Y estaban con él un par de asnos aparejados; también con él estaba su concubina."
Si hay alguien a quien le encanta las segundas oportunidades es sin duda los estudiantes, aquellos que no se esforzaron lo suficiente, que no estudiaron o simplemente tuvieron un mal día y se les ofrece la oportunidad de volver a intentarlo. Seamos sinceros, todos deseamos tener segundas oportunidades, cuando le fallamos a un amigo, cuando decimos una mala palabra a nuestro marido o nuestra mujer, cuando la liamos en el trabajo, cuando cometemos un error que no tiene solución y la lista podría ser interminable. Nos encanta que nos den segundas oportunidades pero que difícil resulta darlas.
La de hoy es una historia de amor de esas que llegan a lo profundo de nuestro corazón, aunque el final del capítulo no es para nada un final feliz. “Pero su concubina cometió adulterio contra él, y ella se fue de su lado, a la casa de su padre en Belén de Judá, y estuvo allí por espacio de cuatro meses. Su marido se levantó y fue tras ella para hablarle cariñosamente y hacerla volver, llevando consigo a su criado y un par de asnos. Y ella lo llevó dentro de la casa de su padre, y cuando el padre de la joven lo vio, se alegró de conocerlo... ...Pero el hombre no quiso pasar la noche, así que se levantó y partió, y fue hasta un lugar frente a Jebús, es decir, Jerusalén. Y estaban con él un par de asnos aparejados; también con él estaba su concubina." ¡Qué historia más bonita! Esto es amor por encima de la ley.
Por encima de la ley porque esta mujer merecía morir según la ley decía pero en cambio no solo no recibió su merecido sino que su marido le dio una segunda oportunidad "Su marido se levantó y fue tras ella para hablarle cariñosamente y hacerla volver". Algunos dirían que es un calzonazos pero nada más lejos de la realidad, estaba profundamente enamorado, tanto era su amor que era capaz de pasar por alto el adulterio. ¿No te recuerda esto a alguien? No hablo de tu vecino, hablo de un tal Jesús, con el cual hemos sido, somos y seremos adúlteros pero aun así viene y nos habla a de manera romántica, a los suyos les dice "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo." Esta es la segunda oportunidad, y nos la ofrece a nosotros, ¿renunciaremos a una muestra de amor tan grande?
Pero todo esto tiene una raíz "Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo tambiénn en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre." Esta actitud de humillación empieza diciendo Pablo que Cristo tuvo para darnos una nueva oportunidad es la actitud que debemos tener con los demás. ¿Conoces a alguien que necesita una segunda oportunidad? Jesús no se lo pensó para dártela, habiendo recibido algo tan grande ¿se lo negarás tú a otro?
Comentarios
Publicar un comentario