Jueces 20 – Destrozando muros


“Entonces salieron todos los hijos de Israel, desde Dan hasta Beerseba, incluyendo la tierra de Galaad, y la congregación se reunió al Señor como un solo hombre en Mizpa.”

Muros, es lo que esta sociedad en nuestros tiempos intenta destrozar o al menos eso dicen, se intentan tirar los muros de las fronteras, se intentan tirar los muros de las distancias ofreciendo medios de transporte rápidos y que solo en unas horas te pueden llevar a la otra punta del mundo, se intentan derribar los muros de la información gracias a la tecnología y a las redes sociales, pero mientras unos muros se destruyen otros se levantan, se levanta el muro de la falta de comunicación de las personas en gran medida gracias a los smartphones, se levanta el muro de la desigualdad, donde los ricos aumentan sus riquezas y los pobres disminuyen lo poco que tienen. Hay un muro que parece que se está intentando derribar, el de las religiones, con el papa Francisco a la cabeza, cada vez más se aboga por el ecumenismo y por el todo vale, ¿es esto unidad? Claramente no.

En Israel se había producido un acto terrible, la violación y vejación de una concubina “entonces salieron todos los hijos de Israel, desde Dan hasta Beerseba, incluyendo la tierra de Galaad, y la congregación se reunió al Señor como un solo hombre en Mizpa.” Esto es unidad, esto es derribar muros, este debiera ser el camino que los creyentes debiéramos seguir, pero no lo equivoquemos, esto no es ecumenismo.

Recientemente han salido imágenes y noticias sobre líderes protestantes que se han unido junto al papa Francisco para orar, aparentemente se está tumbando un muro, pero nada más lejos de la realidad, el ecumenismo derriba el muro de la religión entre las personas y lo levanta ante Dios. Dios quiere que Su Iglesia este unida, pero solo la que realmente es su iglesia, Alá no es Dios, los santos no sirven como intermediarios entre Dios y los hombres, tus esfuerzos no sirven para salvarte. La unidad es necesaria “ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él”, pero no a cualquier precio, no menospreciando la realidad de Dios.
La unidad debe estar basada en:

-          La divinidad de Cristo, y la realidad de la trinidad. Todo aquel que niega que Cristo es Dios, y que se hizo un hombre no debiera llamarse cristiano, igualmente negar la trinidad, la realidad de Dios en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es un grave error.

-          Cristo es el único mediador entre Dios y el hombre. “Yo soy el camino la verdad y la vida, nadie viene al padre si no es por mí.” No hay ninguna persona, figura o animal que pueda acercar al hombre a Dios, solo por medio de Cristo se puede llegar al cielo.

-          Solo fe, solo escritura, solo gracia. “Por gracia sois salvos por medio de la fe, esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe.” La salvación es un don de Dios, al gracia de Dios es un regalo, no un merecimiento, no hay obra suficiente que pudiera hacernos justos ante Dios. Solo la Biblia tiene la verdad de Dios para el hombre, ningún otro hombre o tradición debiera contradecir a la Biblia.

No todo vale, no debiéramos participar de aquellas cosas que contradicen la Biblia, el ecumenismo no es más que falsa doctrina de falsos profetas, los cuales engañarán a muchos. Estudiemos la Biblia para estar preparados para no caer en el error.

AP

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