“Entonces Débora dijo a
Barac: ¡Levántate!, porque este es el día en que el Señor ha entregado a Sísara
en tus manos; he aquí, el Señor ha salido delante de ti. Bajó, pues, Barac del
monte Tabor seguido de diez mil hombres. Y el Señor derrotó a Sísara, con todos
sus carros y todo su ejército, a filo de espada delante de Barac; y Sísara bajó
de su carro y huyó a pie.”
Las personas como yo, que no nos
gusta dormir en exceso tenemos la suerte que levantarnos de la cama no nos
supone ningún esfuerzo, ni siquiera cuando como en mi caso el despertador suena
a las 04:30 de la madrugada, pero esta misma situación puede resultar una
odisea para personas que les guste dormir y les guste estar en la cama. A veces
afrontar un nuevo día que vendrá lleno de problemas, de discusiones, de
trabajo, de momentos complicados, puede hacer que tengamos aún más ganas de
quedarnos en la cama. Pero hay una llamada desde el cielo ¡Levántate!
Barac tenía un conflicto y Dios
le había prometido que Él le daría la victoria y que de Dios sería el mérito.
Entonces aparece Débora, con un mensaje: “Entonces
Débora dijo a Barac: ¡Levántate!, porque este es el día en que el Señor ha
entregado a Sísara en tus manos; he aquí, el Señor ha salido delante de ti.
Bajó, pues, Barac del monte Tabor seguido de diez mil hombres. Y el Señor
derrotó a Sísara, con todos sus carros y todo su ejército, a filo de espada
delante de Barac; y Sísara bajó de su carro y huyó a pie.” Llegó el momento
de levantarse y tras eso llegó la victoria dada por Dios.
¿Dónde estás hoy? ¿Sigues
durmiendo espiritualmente? Entonces hoy hay un mensaje para ti “¡Levántate!” No eres el primero al que
se le ha dicho esto. “Y al amanecer, los
ángeles apremiaban a Lot, diciendo: Levántate, toma a tu mujer y a tus dos
hijas que están aquí, para que no seáis destruidos en el castigo de la ciudad”.
“Entonces dijo el Señor a Moisés: Levántate muy de mañana, y ponte delante de
Faraón, y dile: “Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: ‘Deja ir a mi
pueblo para que me sirva.’” “Levántate, consagra al pueblo y di: ‘Consagraos
para mañana, porque así ha dicho el Señor, Dios de Israel: Hay anatema en medio
de ti, oh Israel. No podrás hacer frente a tus enemigos hasta que quitéis el
anatema de en medio de vosotros’.” “Y el ángel del Señor volvió por segunda vez
a Elías, lo tocó y le dijo: Levántate, come, porque es muy largo el camino para
ti.” “levántate, ve a Nínive, al gran ciudad, y proclama contra ella, porque su
maldad ha subido contra mí.”
El movimiento se demuestra
andando, y la obediencia a Dios y la confianza se demuestra levantándonos. Es
tiempo de dejar de dormitar, de salir de la comodidad y de levantarse con el
objetivo de tomar la victoria que Dios nos ha dado, “porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la
victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.” Deja de dormir, ¡levántate! Y
vive en la victoria que Dios nos ha dado, porque si Dios está con nosotros ¿Quién
estará contra nosotros?
AP
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