Santiago 1:19-27 – ¡Abre los ojos!


“Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a si mismo.”

Dice el refranero español muy sabiamente, no hay mayor ciego que el que no quiere ver y cuanta realidad hay en esa frase. En realidad todos hemos vivido esta situación, en algún momento alguien nos ha dicho, cuidado con tal persona, esta chica o chico no te convienen aléjate de él, estas amistades te llevarán por mal camino y nosotros también lo sabemos, pero simplemente nos hacemos los locos y seguimos hasta que fracasamos y después lloramos. ¡Que peligroso es el autoengaño! Y cuantas veces caemos en él.

Pero si nos auto engañamos en nuestra vida cuanto más no puede llegar a ocurrirnos esto en el ambiente espiritual. ¡Qué fácil es que pensemos que la cosa va bien cuando no es así! “Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismo.” El autoengaño de oir y creer que esto es suficiente. Hay predicadores que hablan y ofrecen tranquilidad, que nos llegan a hacernos sentir bien, pero cuidado con esto, solamente oír no salva.

Vamos a ver algunos autoengaños los cuales pueden hacernos creer que todo está bien.

-          Una buena doctrina. La doctrina es básica, esencial, pero el hecho de conocer todos los misterios de Dios, de ser capaz de explicar toda doctrina no es suficiente para ser salvo. “los demonios creen y tiemblan”, este versículo debiera llevarnos a la reflexión, el hecho de tener conocimiento no ofrece salvación, debe ir acompañado de pruebas que apoyen esta creencia.

-          El servicio. Podemos pasar una vida entera sirviendo a Dios y que no nuestra alma sea salva. “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad.” Muchos activistas creerán que su vida es salva por todo lo que hacen, pero no siguiendo la voluntad divina, sino la voluntad propia y esto les llevará al infierno.

-          Ser una buena persona. Si tener una buena doctrina no trae la salvación, hacer buenas obras tampoco lo hace. Por supuesto que hacer buenas obras es un síntoma de que somos cristianos, pero no es la verdadera evidencia.

La regeneración es la evidencia, el nuevo nacimiento el hecho que nos da salvación, la gracia la que nos escogió, y nuestra misión, escuchar la palabra y hacerla, no según nuestra voluntad sino según la voluntad de Dios.


AP

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