Santiago 1:5-8 - Pidiendo sabiamente


“Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar impulsada por el viento y echada de una parte a otra.”

Si hiciésemos una encuesta dentro de las iglesias sobre algo que le pedirían a Dios si supiesen que la respuesta sería inmediata, estoy prácticamente convencido que la gran mayoría de cosas serían cosas de este mundo con motivaciones egoístas, la solución de un problema económico, la sanidad de una amigo o familiar, el trabajo de ensueño, unas vacaciones en un buen lugar paradisiaco, dinero para no tener que trabajar y dedicarse a servir a Dios, todo esto esta genial, pero digo que son motivaciones egoístas porque ninguna de ellas tendría la finalidad de glorificar a Dios, sino simplemente de hacer la vida más fácil o quizá cumplir las expectativas y saciar la necesidad de autosatisfacción.

El texto de hoy viene referido directamente de los versos anteriores, donde las pruebas producen la paciencia que nos perfecciona y con esta perspectiva podemos decir “pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar impulsada por el viento y echada de una parte a otra.” Resumiendo, el que está en pruebas y no es capaz de ver que son para su perfeccionamiento necesita pedir sabiduría.

Es muy fácil pedir, lo difícil es pedir con fe, sin dudar, esto es lo realmente complicado. Imagina que recibes un sms de un desconocido diciéndote que te ha ingresado una gran suma de dinero en la cuenta bancaria, lo primero que haríamos todos es mirar la cuenta por internet y asegurarnos que esta todo correcto. Pero la cosa cambiaría mucho si quien nos lo manda es nuestro padre o nuestra madre y al final del sms nos dice la frase “para que lo disfrutes, un beso.” Aquí no hay duda, no necesitamos mirar la cuenta, el dinero está ahí.

Pedir con fe es pedir sin estar comprobando cada día si se ha recibido, por eso nos dice de pedir sabiduría, porque el sabio tiene su confianza tiene sabiduría en Dios, porque “el principio de la sabiduría es el temor a Dios.” Es decir aquel que teme a Dios es sabio y esto no significa nada más que realmente conoce a Dios, sabe cómo es Él, sabe que da en abundancia y no necesita estar comprobando que el dinero está en la cuenta. ¿Quieres pedir algo? Pide sabiduría, ruega por temor de Dios pero hazlo con fe, no dudes, Dios es un padre que da abundantemente, ¿hay motivos para dudar?


AP

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