Salmo 36 - ¡Cuán grande es Dios!


“Tu misericordia, oh Señor, se extiende hasta los cielos, tu fidelidad, hasta el firmamento. Tu justicia es como los montes de Dios; tus juicios son como profundo abismo. Tú preservas, oh Señor, al hombre y al animal. ¡Cuán preciosa es, oh Dios, tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de tus alas.”

 Si tuviese que decir una frase para definir a Dios sin ninguna duda elegiría ¡Cuán grande es Dios! Esta frase en nuestro idioma abarca todo lo demás que a Dios se refiere, todos sus atributos, su naturaleza, su inmensidad, todo se puede meter dentro de estas cuatro palabras. Realmente no hay nada ni nadie que pueda compararse ni siquiera un poco a Dios. 

Y si Dios es grande, todo lo que a él se refiere es superlativo, por eso el salmista escribe con toda la razón del mundo "tu misericordia, oh Señor, se extiende hasta los cielos, tu fidelidad, hasta el firmamento. Tu justicia es como los montes de Dios; tus juicios son como profundo abismo. Tú preservas, oh Señor, al hombre y al animal. ¡Cuán preciosa es, oh Dios, tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de tus alas." ¡Qué increíble es Dios! 

La mente del hombre de mayor cociente intelectual, el cerebro más desarrollado explotaría antes de poder abarcar y comprender por completo lo que es Dios, el salmista en realidad se queda corto al hablar de su misericordia, de su fidelidad, nada puede contener a Dios, ninguna mente puede comprender tal perfección.

 Su misericordia es tan grande que a nosotros miserables nos ha dado vida, su fidelidad es tan inmensa que aun cuando nosotros somos infieles Él siempre permanece fiel. Su justicia es perfecta y altísima, no hay mal en Él, juzga de manera correcta tanto que un inocente tuvo que morir para que algunos culpables pudiesen tener salvación. Su cuidado diario para todo ser viviente es extraordinario, la cantidad de luz y de calor del sol necesarias para que pueda haber vida, el proceso de oxigenación, comer cada día, dormir, respirar, todo habla de la preservación hacia su creación. ¿Abra algún lugar mejor para el hombre que el abrigo de sus alas? Igual que un recién nacido no puede encontrar mejor lugar que los brazos y el pecho de su madre, ningún hombre podrá encontrar un lugar mejor que la sombra de las alas del Altísimo. 

AP

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