Salmo 42 - Alabanza en la depresión


"¿Porque te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez ¡Él es la salvación de mi ser y mi Dios!"

Actualmente la depresión es sin duda la enfermedad de moda, la enfermedad con la que nos hemos acostumbrado a estar rodeados. Estudios recientes hablan que entre un 8% y un 15% de las personas pasarán por una depresión en algún momento de su vida. En el mundo, hoy en día es una de las tres primeras causas de incapacidad en el mundo, pero la Organización Mundial de la Salud, estima que para el año 2030 será la primera causa de incapacidad mundial. Si hablamos de España, mientras los hombres tienen un riesgo de un 8.9% de posibilidades de sufrir depresión la cifra se duplica si hablamos de mujeres yéndose al 16.5%. En el año 2013 se registraron 1.868.173 personas que sufrieron esta enfermedad, y los factores que apuntan a esta realidad son el incremento de la edad media de la población, el nivel de estrés y el aumento de sustancias tóxicas y fármacos.

Ante esta realidad palpable han surgido los que parecen los salvadores, los psicólogos, los cuales por medio de más fármacos se encargaran de atontarnos con relajantes y antidepresivos que nos inhibirán de la realidad y nos quitarán el sentimiento depresivo. No hallarán una solución a nuestro problema, no buscarán curar nuestra alma, sin embargo conseguirán dejarnos atontados con medicamentos y desinhibidos de la realidad. El salmista está pasando por una depresión, se sentía solo y abandonado, pero no fue a buscar ningún psicólogo, ni terapias de grupo ni productos naturales, le habló a su alma y le dijo lo que tantas veces había leído en la Biblia de aquel tiempo "¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí?  Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez ¡Él es la salvación de mi ser y mi Dios!"

Hay tantos cristianos deprimidos, que no pueden dormir, que son incapaces de vivir en felicidad y que acuden a la medicación que ya parece normal. No muchos años antes cuando alguien no podía dormir entendía que era una llamada de Dios para buscarle, hoy si alguien no puede dormir es el momento de tomar una pastillita que arregle el problema. Hemos cambiado a Dios por los medicamentos, hemos cambiado la Biblia por la televisión la cual nos enseña el camino fácil, la psicología como remedio a nuestras almas, pero el salmista sabía que la solución era la alabanza a Dios.

Hoy sigue siendo la mejor solución a cualquier depresión, porque cuando alabamos a Dios nuestra alma se apega, admiramos su grandeza, su majestad, su santidad, su justicia y todo lo demás se queda pequeño ante un Dios tan grande. La Biblia es básica, recordarla y guardarla en nuestro corazón hablársela a nuestra alma cuando esta abatida es la mejor medicina ante la depresión de este mundo "Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito". Esta es la mejor medicina ante la depresión, recordar las promesas de Dios, alabarle y mirarle a Él traerán la felicidad a nuestra vida. Dejemos de cambiar a Dios por las pastillas, Dios ofrece gozo, la medicación atontamiento. ¿Qué escogerás tú?


AP

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