Salmo 43 - Sigue la luz


 "Envía tu luz y tu verdad; que ellas me guíen, que me lleven a tu santo monte, y a tus moradas."

Uno de los clásicos de la literatura cristiana es el peregrino de Juan Bunyan, en este libro el autor puritano cuenta la historia de Cristiano que comienza su aventura y su camino en la ciudad de Destrucción donde vive con su familia. Empieza la obra con Cristiano con un libro en sus manos, con la ropa destrozada y lágrimas por lo que ha leído en este libro, que la ciudad en la que él vive será destruida debido a los crímenes contra el Rey. Cristiano abandonará la ciudad solo tras intentar sin éxito que su familia le acompañe. Antes su desesperación sale al bosque y se encuentra con Evangelista el cual le insta a huir de la ira venidera y huye hacia la Ciudad Celestial. En este camino se encuentra con algunos hombres que le hacen desviarse, pero Evangelista le vuelve a atraer y le lleva de nuevo al camino donde se encuentra con la cruz. Seguirá su camino y finalmente tras varias dificultades llegará a la Ciudad Celestial.

La vida de los que tenemos el mismo nombre del protagonista es muy parecida, estábamos en la ciudad de la perdición y nuestros ojos fueron abiertos, entonces necesitamos que pedirle a Dios "envía tu luz y tu verdad; que ellas me guíen, que me lleven a tu santo monte, y a tus moradas." Y así fue la vida del autor de la novela, exactamente igual a nosotros.

Así es nuestra vida, un libro nos enseñó que íbamos a ser destruidos, pero evangelista nos llevó hacia el buen camino, el Espíritu Santo, cada vez que nos apartamos viene, nos muestra nuestro error y nos vuelve a encaminar hacia la ciudad celestial. Durante el camino hay muchos peligros, muchos enemigos que quieren frenarnos, necesitamos que Dios nos ilumine, que nuestro corazón esté puesto en la Biblia, que tengamos los oídos abiertos para cuando Dios nos hable.

¿En qué camino estás andando? ¿Hay peligros o es todo plácido? ¿Sientes la presión del mundo que se enfrenta con tus ideales o por el contrario vives una vida cómoda en que nada de lo que ocurre a tu alrededor te amenaza? Hay dos caminos por los que podemos andar, unos están en el camino ancho, donde la cosa es sencilla y está muy transitado, otros en cambio, están en un camino estrecho, angosto, difícil con muchos enemigos pero que lleva directamente a casa del Rey. Si estás en el camino estrecho ruega a Dios que te siga guiando como hasta ahora pero si estas en el camino fácil, clama para que su luz te lleve de nuevo al camino que lleva directo al cielo, a la casa del Rey.


AP

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