“Por tanto, hermanos, sed pacientes hasta la venida del Señor. Mirad cómo
el labrador espera el fruto precioso de la tierra, siendo paciente en ello
hasta que recibe la lluvia temprana y tardía. Sed pues también vosotros
pacientes; fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está
cerca.”
El grupo musical mejicano Maná
tiene una canción que narra la historia de una chica que salió junto a su amado
a un muelle a despedirlo entre lágrimas,
él juró que volvería y desde aquel día ella iba cada día vestida de la misma
forma, con la misma ropa para que en caso de que él volviese allí la encontrara
y no hubiese lugar a las dudas. Pasaron los años, su pelo se fue emblanqueciendo,
llegaban muchos barcos, pero en ninguno estaba su amado, poco a poco en el
pueblo se corrió la voz, y empezaron a llamarla la loca del muelle de san blas.
Llegó el día en que intentaron agarrarla y encerrarla en el manicomio, pero era
tan grande la unión entre esta mujer y el mar, que no hubo manera de separarla
del muelle.
Una bonita historia de amor, pero
sin final feliz, que paciencia y cuan enamorada estaba esta mujer para cada
día, hiciese sol o lloviese no faltar a su cita por si su amado volviese. “Por tanto, hermanos, sed pacientes hasta
la venida del Señor. Mirad como el labrador espera el fruto precioso de la
tierra, siendo paciente en ello hasta que recibe la lluvia temprana y tardía.
Sed pues también vosotros pacientes; fortaleced vuestros corazones, porque la
venida del Señor está cerca.” ¿Estás preparado para la venida de tu amado?
Esta es una pregunta de vital
importancia, porque Él puede volver en cualquier momento, cuando menos lo
esperes. ¿Le amas lo suficiente como para sacrificar tu vida a su espera? La
mujer de la canción nunca perdió su confianza en que volvería a verlo, ¿salimos
cada día al muelle a ver si vuelve Cristo? ¿O simplemente hemos perdido y
olvidado nuestra esperanza? Quizá pienses que estás loco por seguir esperando,
porque realmente Cristo volverá.
Paciencia es lo que necesitamos,
no perder las fuerzas, no desmayar, poco a poco se van perdiendo las fuerzas y
la ilusión, pero debemos fortalecer nuestros corazones, no permitir que la
erosión del paso del tiempo nos debilite, alentarnos mutuamente y hablar de
nuestra esperanza, de aquello que nos hacer vivir, hablar de la venida de
Cristo y salir cada día al encuentro, convencidos y preparados que el día puede
ser hoy. El retorno de Cristo está cercano, ¿estás preparado?
AP
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