Efesios 1:15-17 - Recordando al amigo



"Por esta razón también yo, habiendo oído de la fe en el Señor Jesús que hay entre vosotros, y de vuestro amor por todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención de vosotros en mis oraciones."

Hay pocas cosas más emocionantes y que producen más sentimientos que el homenaje a un héroe. Hay muchos tipos de héroes, policías que desarticulan después de muchos meses organizaciones mafiosas ya se de droga, tráfico de armas, tráfico humano; bomberos que ponen su vida en riesgo por detener un fuego que está preparado para arrasar un bosque, personas que sin ningún motivo se ponen en riesgo por ayudar a otros.

Hay otro tipo de héroes, anónimos, personas que nunca saldrán en televisión, que en muchos casos probablemente sean ignorados por quienes los rodean, personas que son héroes no reconocidos, su heroicidad radica en que en un mundo en el que la presión del pecado es tan grande ellos continúan viviendo el evangelio como lo hacía la iglesia primitiva, como lo hacían los Efesios. "Por esta razón también yo, habiendo oído de la fe en el Señor Jesús que hay entre vosotros, y de vuestro amor por todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención de vosotros en mis oraciones." Estas palabras son de Pablo, pero debieran ser de cada uno de nosotros.

Tenemos un llamado a orar por aquellos que llevan el nombre de Cristo por todo el mundo, ya sea en su día a día en su trabajo, donde cada día se esfuerzan en evangelizar y en dar gloria a Dios, como en otros países son perseguidos por su creencia o como dejando sus casas viajan a países donde pueden morir solo por presentar el evangelio.

Debemos dar gracias por ellos, porque son luz en la oscuridad, porque han tomado la gran comisión como su estilo de vida, porque han decidido amar a Cristo por encima de su pertenencia, porque están siendo una luz en medio de una gran oscuridad. Debemos agradecer su esfuerzo y su amor por las almas y clamar que Dios les de fuerza en medio de la debilidad, del desánimo, de las adversidades, de las amenazas, que sigan resplandeciendo con la luz de Cristo. Si tú eres uno de ellos, ruega por los demás, si no lo eres sigue orando por ellos y anímate a formar parte de este grupo, la mies es mucha y los obreros son pocos, es tiempo de orar y trabajar. ¿Aceptas el reto?


AP

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