"Por esta razón también yo, habiendo oído de la
fe en el Señor Jesús que hay entre vosotros, y de vuestro amor por todos los
santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención de vosotros en
mis oraciones."
Hay pocas cosas más
emocionantes y que producen más sentimientos que el homenaje a un héroe. Hay
muchos tipos de héroes, policías que desarticulan después de muchos meses
organizaciones mafiosas ya se de droga, tráfico de armas, tráfico humano;
bomberos que ponen su vida en riesgo por detener un fuego que está preparado
para arrasar un bosque, personas que sin ningún motivo se ponen en riesgo por
ayudar a otros.
Hay otro tipo de héroes,
anónimos, personas que nunca saldrán en televisión, que en muchos casos
probablemente sean ignorados por quienes los rodean, personas que son héroes no
reconocidos, su heroicidad radica en que en un mundo en el que la presión del pecado
es tan grande ellos continúan viviendo el evangelio como lo hacía la iglesia
primitiva, como lo hacían los Efesios. "Por esta razón también yo,
habiendo oído de la fe en el Señor Jesús que hay entre vosotros, y de vuestro
amor por todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo
mención de vosotros en mis oraciones." Estas palabras son de Pablo, pero
debieran ser de cada uno de nosotros.
Tenemos un llamado a
orar por aquellos que llevan el nombre de Cristo por todo el mundo, ya sea en su
día a día en su trabajo, donde cada día se esfuerzan en evangelizar y en dar
gloria a Dios, como en otros países son perseguidos por su creencia o como
dejando sus casas viajan a países donde pueden morir solo por presentar el
evangelio.
Debemos dar gracias por
ellos, porque son luz en la oscuridad, porque han tomado la gran comisión como
su estilo de vida, porque han decidido amar a Cristo por encima de su
pertenencia, porque están siendo una luz en medio de una gran oscuridad.
Debemos agradecer su esfuerzo y su amor por las almas y clamar que Dios les de
fuerza en medio de la debilidad, del desánimo, de las adversidades, de las
amenazas, que sigan resplandeciendo con la luz de Cristo. Si tú eres uno de
ellos, ruega por los demás, si no lo eres sigue orando por ellos y anímate a
formar parte de este grupo, la mies es mucha y los obreros son pocos, es tiempo
de orar y trabajar. ¿Aceptas el reto?
AP
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