"Y todo sometió bajo
sus pies, y a Él lo dio sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su
cuerpo, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo."
El cuerpo humano es una máquina perfecta, con unos engranajes y
procesos que funcionan milimétricamente para dar vida. En esta máquina hay dos
instrumentos que son esenciales, uno de ellos es el corazón, que con su bombeo
de sangre se encarga de dar vida a todo el cuerpo, es el encargado de que la
sangre junto al oxigeno circule y de esta manera todo el cuerpo este vivo. Pero
de nada sirve que un corazón lata si no hay alguien que mande, aquí es donde
entra en funcionamiento el cerebro. El cerebro se encarga de mandar impulsos
que harán que todo el cuerpo se mueva, dirá a las piernas que caminen, a las
manos que agarren objetos e incluso sobre el corazón le mandará la orden de que
lata. El fallo de uno de los dos miembros producirán la inutilidad de una persona
que no será capaz de hacer nada o incluso la muerte en el momento que un
corazón deje de latir.
Sobre el cuerpo humano la Biblia habla mucho, sobre la importancia
de cuidarlo, y va más allá aun, como en estas palabras de Pablo "Y todo sometió bajo sus pies, y a Él
lo dio sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de
aquel que lo llena todo en todo." Cristo es la cabeza y la iglesia su
cuerpo, Él manda y la iglesia responde; la iglesia ha sido creada para mostrar
la plenitud de Dios, para enseñar con gloria y majestad a la cabeza que es
Cristo.
El objetivo de la iglesia no es otro que magnificar visiblemente el
nombre de Dios, que la cabeza sea vista por todos, para esto es necesario
entender que la iglesia tiene un propósito, no se trata de tener una gran
cantidad de miembros, no se trata de activismo, se trata de que los actos del
cuerpo glorifiquen a Dios, el propósito principal del cuerpo es amar a su
cabeza, la iglesia debe amar a Cristo. Pero el amor se demuestra con hechos,
para que la iglesia cumpla su propósito debe:
- Amar a Dios: El primer
mandamiento sigue vigente hoy, "Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente." Este es el principal
propósito de la iglesia, amar a Dios con todo lo que es, buscar su voluntad,
orar, ayunar, hacer obras en las que Dios salga enaltecido.
- Amar al resto de miembros:
Todos somos partes del cuerpo, el pulmón no puede ir en contra del riñón, ambos
deben trabajar juntos por el bien del cuerpo, igualmente todos los que formamos
la iglesia debemos trabajar en un mismo sentido. La iglesia tiene como
propósito amarse a si misma por medio de Cristo, porque cuando la iglesia deja
a un lado sus diferencias personales y trabaja unida, muestra a Cristo, muestra
la esencia de Dios y en esto muestra la plenitud de Dios.
- Amar al que se pierde:
La iglesia no es el lugar de juicio, la iglesia no vive para cambiar al
pecador, la iglesia acoge al pecador para que el Espíritu Santo cambie el
corazón, la iglesia abre la puerta a los imperfectos para que Dios les haga
perfectos, la iglesia ama al pecador y por medio de ese amor Dios transforma
los corazones. La iglesia no fue creada para juzgar, sino para amar, tal y como
Cristo amo a la iglesia. Una iglesia con propósito ama a sus vecinos, se
preocupa por sus necesidades, no se aísla sino que vive en el día a día de su
vecindario, muestra su amor ayudando a los ancianos, alimentando al que no
tiene para comer.
Una iglesia con propósito es la que ha entendido que debe magnificar
a Dios, por eso le ama, porque Dios es lo más grande, por eso lima sus
asperezas, porque como representación de lo que Dios es no puede mostrar
fracturas porque en Dios no las hay, y como cuerpo es quien trabaja con sus
manos y sus pies para que la cabeza sea glorificada.
AP
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