"Y me dijeron: El remanente, los que sobrevivieron a la cautividad
allí en la provincia, están en gran aflicción y oprobio, y la muralla de
Jerusalén está derribada y sus puertas quemadas a fuego. Y cuando oí estas
palabras, me senté y lloré, e hice duelo algunos días, y estuve ayunando y
orando delante del Dios del cielo."
Carmen Martínez es una anciana
vecina del barrio madrileño de Vallecas de 86 años, hace aproximadamente un año
sufrió un momento realmente duro en su vida, debido a un aval de un piso de si
hijo, esta mujer iba a ser desahuciada por impago. La noticia corrió como la
pólvora por el barrio y llegó a los oídos de miembros del club de fútbol Rayo
Vallecano. Al escuchar esta noticia, jugadores, cuerpo técnico, el club y
aficionados lograron reunir el dinero necesario para evitar este desahucio.
Carmen al recibir los 21.000 € que le fueron entregados, decidió compartirlos
con un antiguo portero del equipo de fútbol que sufría cáncer y que
desgraciadamente al poco tiempo moriría.
Esta es la historia de personas
que se preocupan por quienes están a su alrededor, por las necesidades más
básicas de sus vecinos. En una situación parecida se encontraba Nehemías
mientras vivía fuera de Israel. "Y
me dijeron: El remanente, los que sobrevivieron a la cautividad allí en la
provincia, están en gran aflicción y oprobio, y la muralla de Jerusalén está
derribada y sus puertas quemadas a fuego. Y cuando oí estas palabras, me senté
y lloré, e hice duelo algunos días, y estuve ayunando y orando delante del Dios
del cielo." ¡Qué gran reacción la que tuvo Nehemías!
Que gran ejemplo es el corazón
de Nehemías. El mundo en el que vivimos ha creado personas frías y distantes,
que son capaces de comer mientras por la televisión ven guerras, maltratos,
personas muriendo de hambre, y sin producir en ellos ningún tipo de reacción.
Qué diferente fue la reacción de Nehemías ante el dolor de otros, se produjo un
cambio en él, hizo duelo y clamó a Dios.
¿Eres conocedor de que hay
personas a tu alrededor que sufren? ¿Qué estás haciendo para ayudar a
solucionar sus problemas? ¿Sientes dolor ante el sufrimiento de tus vecinos,
familiares o amigos? Este mundo nos ha hecho muy insensibles, fuertes ante el
dolor ajeno. Pero nuestra reacción debiera ser como la de Nehemías,
preocuparnos por su estado, orar, clamar a Dios por ellos, incluso ayunar para
que Dios obre en su recuperación. ¿Qué vamos a hacer? ¿Seguiremos en nuestra
comodidad o empezaremos a preocuparnos ya sufrir con los que Dios nos ha puesto
a nuestro alrededor?
AP
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