“Aquel día fueron designados hombres a cargo de las cámaras destinadas a
almacenes de las contribuciones, de las primicias y de los diezmos, para que
recogieran en ellas, de los campos de las ciudades, las porciones dispuestas
por la ley para los sacerdotes y levitas. Pues Judá se regocijaba por los
sacerdotes y levitas que servían.”
Uno de los grandes problemas que
actualmente sufre la sociedad española es la gran tasa de desempleo que tiene.
Alrededor del 25% de los adultos en edad de trabajar se encuentran sin trabajo,
lo cual se traduce en muchas familias sin los ingresos económicos necesarios
para tener alimento, pagar el alquiler o la educación de sus hijos. El trabajo
ya existía antes del pecado, la caída provocó que el trabajo fue costoso, duro
y desagradable, por eso cuando trabajamos solemos quejarnos del cansancio, de
que no nos gusta y que nos gustaría cambiar; en cambio cuando no tenemos nos
damos cuenta que nos falta algo básico y para lo que hemos sido creados.
Tras haber acabado la
reconstrucción de las murallas de Jerusalén era el momento de que todo el mundo
se pusiese a trabajar en favor de la ciudad “aquel día fueron designados hombres a cargo de las cámaras destinadas
a almacenes de las contribuciones, de las primicias y de los diezmos, para que
recogieran en ellas, de los campos de las ciudades, las porciones dispuestas
por la ley para los sacerdotes y levitas. Pues Judá se regocijaba por los
sacerdotes y levitas que servían.” Había trabajo para todos, no existía paro.
Así ocurre hoy en la iglesia de
Dios, mientras que en la sociedad hay paro y contratos de trabajo temporales
con malas condiciones, en el pueblo de Dios hay trabajo, mucho trabajo, faltan
empleados “la mies es mucha, mas los
obreros son pocos”, las condiciones de trabajo son excepcionales y tenemos
al mejor de los jefes guiándonos, a Dios. Nos ha ofrecido un contrato eterno,
que no acabará y el salario se va acumulando y lo recibiremos el día que
lleguemos al cielo.
Aun así, hay tantos que se
quejan, tantos que ponen pegas, tantos que habiendo trabajo prefieren quedarse
en los bancos sentados sin hacer nada. En el pueblo de Dios hay trabajo para
todos, no todos podrán ser pastores, no todos predicarán o serán músicos, pero sí
que todos pueden trabajar para el Rey, todos pueden ser partícipes. El trabajo
por hacer es mucho, ¿seguirás sentado en el banco o comenzarás a trabajar?
AP
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