Nehemías 13 - ¿Por qué esta la casa de Dios abandonada?


"Por tanto reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué esta la casa de Dios abandonada? Entonces reuní a los levitas y los restablecí en sus puestos."

Un líder siempre será un líder y un grupo, por maduro que sea siempre necesitará un líder. El ser humano, aun viviendo en comunidad necesita un referente, un guía un líder, en cualquier grupo ya sea laboral, eclesial, de amigos o del tipo que sea siempre habrá una persona puesta, decidida en unanimidad o que surgirá espontáneamente que se erguirá como referente y que será el centro del grupo y en los momento difíciles será el que se encargue de dar ánimos y esperanza, que tomará decisiones y será el centro de confianza del grupo.

Nehemías había acabado la reconstrucción y tuvo que volver al lugar de donde vino en un principio, pero para Jerusalén era una baja demasiado importante, su líder humano se había marchado, el nexo de unión ya no estaba y poco a poco el grupo se fue desligando, poco a poco se empezaron a hacer grietas ficticias en la muralla sentimental y anímica del pueblo y entonces Nehemías tuvo que volver a reaccionar ante la situación. "Por tanto reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué esta la casa de Dios abandonada? Entonces reuní a los levitas y los restablecí en sus puestos."

El trabajo que tanto tiempo y esfuerzo había costado se empezaba a derrumbar, el templo estaba recibiendo un mal trato y estaba siendo abandonada, esto era el centro, el lugar donde Dios habitaba, su lugar santísimo y estaba siendo descuidado, Nehemías rápidamente puso solución a esto. Hoy en día la casa de Dios no se encuentra en ninguna iglesia con grandes estructuras, no se encuentra en el vaticano, ni siquiera en los locales con grandes rótulos, hoy la casa de Dios se encuentra en los corazones de sus hijos. ¿Cómo esta esa casa?

Es muy sencillo llegar a descuidarla, llenarla de trastos, quitar a los oficiales que deben cuidar por el buen estado y dejar que cualquiera pueda entrar dentro. ¿Hemos descuidado la casa de Dios? Hemos llenado nuestros corazones de demasiada basura, hemos ocupado el lugar de Dios con cosas insalubres, que en lugar de limpiar el corazón lo ensucian. Hoy es una gran oportunidad para volver a cuidar la casa de Dios, a trabajar en ella, a cuidar nuestro corazón, a no abandonarla sino vivir en ella en comunión con Dios.


AP

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