Nehemías 2 – Un buen capitán


“Entonces les dije: Vosotros veis la mala situación en que estamos, que Jerusalén está desolada y sus puertas quemadas a fuego. Venid, reedifiquemos la muralla de Jerusalén para que ya no seamos un oprobio. Y les conté cómo la mano de mi Dios había sido bondadosa conmigo, y también las palabras que el rey me había dicho. Entonces dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Y esforzaron sus manos en la buena obra.”

Carles Puyol ha sido sin ninguna duda el gran capitán del Barcelona en las últimas décadas, no solo por sus cualidades futbolísticas, las cuales han sido formidables y le han llevado a ser uno de los mejores jugadores de la historia en su posición, sino sobre todo por su personalidad tanto dentro como fuera del terreno de juego. Sin ninguna duda su nombre quedará grabado en la historia del fútbol y aquellos que compartieron vestuario con él lo recordarán como el gran capitán. Un hombre influyente, el primero para animar cuando las cosas se ponían feas y el primero en recriminar palabras o actitudes inadecuadas, su influencia llegaba a todos sus compañeros convirtiéndole en referente y dándole la posibilidad de encabezar el grupo.

En la vida, y sobre todo cuando en un colectivo las cosas no funcionan bien es necesario que surja un líder que tome la cabecera y lleve al grupo hacia el destino. Uno de estos grandes líderes fue Nehemías el cual narra su encuentro con el grupo “entonces les dije: Vosotros veis la mala situación en que estamos, que Jerusalén está desolada y sus puertas quemadas a fuego. Venid, reedifiquemos la muralla de Jerusalén para que ya no seamos un oprobio. Y les conté cómo la mano de mi Dios había sido bondadosa conmigo, y también las palabras que el rey me había dicho. Entonces dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Y esforzaron sus manos en la buena obra.”

En estas palabras encontramos las características que todo capitán debe poseer.

-       Es claro ante la realidad: “entonces les dije: Vosotros veis la mala situación en que estamos, que Jerusalén está desolada y sus puertas quemadas a fuego.” Nehemías no quiso quitarle importancia al asunto, no quiso auto engañarse, explicó la situación tal y como estaba. Así es el buen líder no intenta quitar importancia al problema, ni tampoco le da más, lo expresa tal y como es.

-       Potencia la unidad: “Venid, reedifiquemos la muralla de Jerusalén para que ya no seamos un oprobio.” Nehemías busco un objetivo común, no ser un oprobio por más tiempo e incluyó a todos en esta tarea. El líder hace que todo el grupo se sienta identificado con el objetivo y logra que todos se suban al carro.

-       Produce ánimo: “Y les conté cómo la mano de mi Dios había sido bondadosa conmigo, y también las palabras que el rey me había dicho.” Nehemías no olvidó que si esto ocurría era gracias a Dios únicamente. El buen capitán está en contacto directo y no teme compartir el apoyo divino que ha recibido, ¿acaso existe mejor jefe que Dios?

-       Recibe respuesta: “Entonces dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Y esforzaron sus manos en la buena obra.” Nehemías obtuvo la respuesta que buscaba de quienes estaban con él. El líder logra motivar y pone a todos a trabajar en el objetivo que será un bien común.

Este mundo necesita líderes que velen por el bien común, cada uno de nosotros como hijos de Dios tenemos la misión de ser esos capitanes que motiven y llamen la atención sobre los que nos rodean. ¿Seguiremos sentados y pasando desapercibidos o responderemos al llamado?


AP

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