Nehemías 9 - Arrepentimiento del pacto


"Y los descendientes de Israel se separaron de todos los extranjeros, y se pusieron en pie, confesando sus pecados y las iniquidades de sus padres... ...A causa de todo esto, nosotros hacemos un pacto fiel por escrito; y en el documento sellado están los nombres de nuestros jefes, nuestros levitas y nuestros sacerdotes."

En la vida hay momentos en que cuando las cosas no terminan de funcionar, cuando algunas cosas no marchan bien es momento de hacer borrón y cuenta nueva, momento de volver a empezar, el tiempo incluso de deshacerse de todo lo que se había hecho hasta ese momento y empezar de cero.

Esto mismo fue lo que hicieron los descendientes de Israel ante Dios. Quisieron hacer borrón y cuenta nueva "y los descendientes de Israel se separaron de todos los extranjeros, y se pusieron en pie, confesando sus pecados y las iniquidades de sus padres... ...A causa de todo esto, nosotros hacemos un pacto fiel por escrito; y en el documento sellado están los nombres de nuestros jefes, nuestros levitas y nuestros sacerdotes." Tomaron la iniciativa y se volvieron a Dios.

Este regreso comenzó de la única manera posible, era necesario arrepentirse, debían pedir perdón a Dios por sus pecados, por todo lo que en el pasado habiendo estado Dios de su lado ellos habían ignorado. Hicieron ayuno, se arrepintieron, reconocieron a Dios como Dios y finalmente, por escrito en vista de todos decidieron hacer un pacto firmado de puño y letra como compromiso de que iban a buscar vivir en santidad y en los caminos de Dios.

¿Recuerdas la última vez que te arrepentiste de verdad? No basta con una oración genérica, el arrepentimiento se basa en reflexionar sobre aquellas cosas que realmente han ofendido a Dios, debemos pensar en cada una de ellas y pedir perdón por haberlas hecho. Dios está dispuesto a perdonar, su misericordia y su gracia siguen siendo reales, pero requieren que nosotros solicitemos y clamemos para que esa misericordia se haga real en nuestras vidas.

Hagamos pacto con Dios de guardarnos de los ídolos de esta sociedad, de guardar nuestros ojos de mirar lo que nos contamina, de vigilar lo que oímos y ser selectivos, necesitamos limpiar nuestro corazón para que nuestra boca no hable de manera indebida. El perdón de Dios aún es real, arrepintámonos, Dios esta accesible, hagamos pacto y busquemos vivir vidas santas ante Dios.


AP

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