"No te reprendo por tus sacrificios, ni por tus holocaustos, que
están continuamente delante de mí. No tomaré novillo de tu casa, ni machos
cabríos de tus apriscos. Porque mío es todo animal del bosque, y el ganado
sobre mil colinas. Toda ave de los de los montes conozco, y mío es todo lo que
en el campo se mueve. Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti; porque mío es
el mundo y todo lo que en él hay. ¿Acaso he de comer yo carne de todos, o beber
sangre de machos cabríos? Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, y
cumple tus votos al Altísimo; e invócame en el día de la angustia; yo te
libraré y me honrarás."
Una de las decisiones más difíciles
que puede tener una persona es el momento en que tiene que comprar un regalo de
cumpleaños. Esto se puede llegar a convertir en una verdadera odisea, sobre
todo si la persona que recibirá el regalo no es muy conocida. El problema
radica en que no puedes comprar según tus propios gustos, sino que tienes que
pensar en los gustos y hobbies de la persona para acertar en el regalo. Por eso
han aparecido hoy en día los paquetes en los cuales los regalas y ofrecen una
gran cantidad de opciones de ocio, hoteles, restaurantes, actividades o
experiencias para que la persona que lo recibe pueda disfrutar de ello. Esto
ocurre con las personas normales, cuanto más no se complicaría si tuviésemos
que regalar algo a alguna persona con una gran cuenta bancaria, porque ¿qué se
le puede regalar a alguien que tiene todo?
Pero esto se complica más aun
cuando pensamos en Dios, porque ¿hay algo que nosotros podamos ofrecer a Dios?
Israel llegó a creer que Dios dependía en parte de ellos y Dios les habló muy
duramente "No te reprendo por tus sacrificios, ni por tus holocaustos, que
están continuamente delante de mí. No tomaré novillo de tu casa, ni machos
cabríos de tus apriscos. Porque mío es todo animal del bosque, y el ganado
sobre mil colinas. Toda ave de los de los montes conozco, y mío es todo lo que
en el campo se mueve. Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti; porque mío es
el mundo y todo lo que en él hay. ¿Acaso he de comer yo carne de todos, o beber
sangre de machos cabríos? Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, y
cumple tus votos al Altísimo; e invócame en el día de la angustia; yo te
libraré y me honrarás."
Cuantas personas hoy en día
intentan hacer cosas por Dios, intentan hacerle favores y juegan a la compra y
venta, "Dios yo te doy mi tiempo, mis fuerzas, etc. y a cambio tú me das
lo que yo quiero", y cuando esto no funciona simplemente dejan de hacer
cosas para Dios, dejan de ser activos, se empiezan a enfriar y en ocasiones
hasta abandonan la iglesia. Hemos querido cambiar los roles y convertirnos
nosotros en Dios y a Dios en nuestro servidor, en el genio de la lámpara.
¿Acaso podremos nosotros darle algo a Dios? ¿Podrá algún ser humano satisfacer
alguna necesidad que Dios pudiese tener? ¡Nunca! Antes al contrario, toda obra
del ser humano es basura para Dios, nada tenemos que podamos ofrecerle.
Dios valora lo que hacemos, se
alegra de que le sirvamos, pero cuando lo hacemos como una obligación pierde el
valor que pudiese tener. Nuestros sacrificios son vanos cuando no llega el
agradecimiento como bandera. Servir a Dios como una obligación crea en nosotros
la perspectiva de un Dios que nos necesita, pero nunca debiera ser así, el
servicio a Dios siempre debe ser una muestra de agradecimiento por todo lo que
tenemos, el sacrificio de alabanza más grande que un hombre puede hacer es el
de dar un servicio a Dios sincero, de corazón y que glorifique a Dios. Deja de trabajar
para Dios, deja de esforzarte, deja de malgastar tus fuerzas en agradar a Dios
porque nunca lo lograrás; se agradecido, sirve a Dios para glorificarle, vive
para que Dios sea exaltado, no luches con tus fuerzas, clama en la angustia con
gratitud y Dios te sostendrá, te reforzará y será tu pronto auxilio. Se
agradecido, no hay nada que puedas darle a Dios que le agrade excepto tu
gratitud.
AP
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